“(El narcotráfico) inficiona y coopta a sectores de la política, con sus ramificaciones en los Poderes del Estado y cuyos alcances todavía están por verse”, remarca una de las frases de la declaración final de los obispos del país tras terminar las reuniones anuales.

Los religiosos también reconocen que existen esfuerzos del Gobierno para combatir el narcotráfico y en “la persecución y sanción a los inescrupulosos mercaderes de estos negocios ilegales”.

Este mensaje se da semanas después del asesinato del periodista de ABC Color, Pablo Medina y de Antonia Almada, su acompañante, ocurrido el pasado 16 de octubre en Canindeyú.