Evangelio de hoy

LUNES DE LA SEMANA 11ª DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio según San Mateo 5, 38-42 

“Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado”

Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado. Palabra del Señor.

Meditación

Lo que hace Jesús es salir al paso de la legislación entonces vigente en el medio rabínico. Siguiendo lo que había expresado: “Han oído que se dijo… pero yo les digo…”. Es una reafirmación de la divina autoridad de Jesús, que está sobre los profetas y legisladores del Pueblo de Dios y sobre la ley misma. En el fondo, es una clara afirmación de la divinidad de Jesús. Él siendo el Mesías, Dios encarnado, tiene la autoridad para concretar lo que está previsto en el plan eterno de salvación. El creyente cristiano no debe quedarse con lo mínimo, pues Dios no sólo mira lo que se hace, sino que mira el corazón, sabiendo las profundas intenciones que anidan en él.

Lo que Jesús nos está enseñando es ir desterrando la venganza y romper con la cadena de violencia. Sólo el amor es capaz de cambiar un corazón y una vida. La ley del Talión, “ojo por ojo y diente por diente” (cf. Lev 24,19-20), fue necesaria en una cultura primitiva en que la venganza no tenía límite alguno. En su tiempo fue una ley progresista. Esta ley del talión se basaba en el principio de retribución: haz lo mismo que te hayan hecho en la misma proporción.

El cristiano debería oponer la dulzura a la violencia, el desinterés a la avaricia, la renuncia de sus derechos a las exigencias injustas, el perdón a la venganza. El cristiano está llamado siempre a ser generoso, perdonando, aunque no haya méritos de por medio. Nosotros en nuestro tiempo demasiado nos movemos a obrar en relación a lo que se merece, que en el fondo es algo justo, pero la enseñanza de Jesús plenifica apuntando al don, al regalo, aunque no se merezca la persona. Es hacer el bien sin mirar a quién, buscando y concretando siempre la voluntad de Dios.

Perdón Señor porque muchas veces nos dejamos envolver por el resentimiento, el rencor, el odio y deseo de venganza, buscando la oportunidad para concretar hacer daño a la persona que nos haya hecho un daño. Ayúdanos a entender tu enseñanza de perdonar, “misericordiar” incluso a las personas que nunca merecerán, porque nosotros ya hemos recibido el perdón y el amor de Ti, fundamento de fondo para alcanzar la Vida. Gracias porque nos amas primero, más allá de nuestros méritos, gratuita, plena e incondicionalmente, siempre y a todos. Amén.