Hoy celebramos el día de Santa Teresita del Niño Jesús, también conocida como Teresa de Lisieux. Fue una monja carmelita francesa que se convirtió en una de las figuras más influyentes de la espiritualidad católica del siglo XX.

Santa Teresita nació en Alençon, Francia, en 1873.…

Teniendo un deseo inmenso del martirio, acudí a las cartas de san Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios, y en el primero de ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo…

¡Hoy celebramos el día de San Pío de Pietrelcina!
San Pío, también conocido como Padre Pío, fue un fraile y sacerdote franciscano italiano que vivió entre 1887 y 1968. Es famoso por haber recibido los estigmas de Cristo, es decir, las mismas heridas que Jesús sufrió en la cruz.…

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Evangelio de hoy, jueves 27 de noviembre de 2025
Destacada, El Evangelio de Hoy

Evangelio de hoy, jueves 27 de noviembre de 2025 

Evangelio de hoy

JUEVES DE LA SEMANA 34ª DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio según San Lucas 21, 20-28

 “Tengan ánimo y levanten la cabeza”

Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida: Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima. Los que estén en Judea que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad que se alejen; y los que estén en los campos que no vuelvan a ella. Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse. ¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país, y la ira de Dios pesará sobre este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación. Palabra del Señor.

Meditación

En este pasaje, el Señor nos habla del final de los tiempos y es que estamos en el final del año litúrgico, el cual, a lo largo de todo el año, nos va llevando por la historia de la salvación; historia que concluirá con el inicio del reinado definitivo de Cristo sobre todo lo creado.

Sería hermoso poder decir, que el Señor vendrá triunfante entre las nubes del cielo, cuando su Reino esté instaurado en cada corazón; pero la verdad, es que Cristo, las Escrituras y los Padres de la Iglesia coinciden en afirmar que no será así, como describe el Apocalipsis: “El Reino no se realizará  mediante un triunfo histórico de la Iglesia en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal”. 

El final de los tiempos llegará, cuando el número de los que puedan salvarse sea tan pequeño y su salvación esté tan en riesgo por el pacto de la humanidad con el pecado que, de no intervenir Dios, ni siquiera ellos, sus amigos, tendrían la posibilidad de ser salvados.

Tanto desorden y confusión, no será obra de Dios, sino del hombre y de su maldad, maldad que consiste en todo lo que se opone al amoroso plan de Dios para los hombres: todo lo que es opuesto a la vida y a la vida plenamente humana de los hombres, a la verdad, la belleza y la bondad. 

Pero al escuchar este pasaje evangélico, puede ser que nos quedemos solo con el caos que se avecina y el miedo que puede provocar o el descarte inmediato que podemos hacer de este anuncio del Señor porque no nos agrade. Puede ser que nuestra mente se quede más con las malas noticias que con las buenas; más con el caos, que con la gloria que se anuncia y con la paciencia que Dios tiene y tendrá para con toda la humanidad. 

Pero enfócate: Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, todos los hombres y los más posibles. Por eso mueve cielo, mar y tierra para tocar nuestros corazones, por eso la Iglesia y los Sacramentos, por eso la creación y la redención por la cruz. Pero nunca obligará a nadie; por lo que cuando ya no haya más posibilidad de salvación, la existencia humana en el tiempo y el espacio ya no tendrá sentido y entonces, Cristo intervendrá glorioso para someter al antiguo enemigo, derrotar totalmente a la muerte y separar a las ovejas de los cabritos.

Ahora bien, si tú no buscas hoy tu santidad y la del mundo, el final de los tiempos se acercará, porque más pronto llegará el aparente reinado del mal; pero si tú tomas hoy y cada día la decisión de dejarte santificar por Cristo y de colaborar con Él en la salvación de los hombres, ese final se pospondrá, porque Cristo reinará en ti y en los tuyos.

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