ORDO EXSEQUIARUM ROMANI PONTIFICIS (2.ª edición)

El nuevo Ordo conserva la estructura tradicional de tres estaciones o momentos clave: la constatación de la muerte, la exposición del cuerpo y la sepultura. Sin embargo, introduce cambios significativos que buscan reducir la pompa y acentuar el carácter cristiano y pastoral de las exequias papales.

  1. Constatación de la muerte: Este momento ya no se realizará en la habitación del papa, como era tradición, sino en la capilla del Palacio Apostólico, un espacio que le confiere al rito un carácter más sagrado. El cuerpo será trasladado desde la residencia de Santa Marta, donde vive actualmente el papa, hacia esta capilla para iniciar formalmente el proceso funerario.
  2. Ataúd único: Desaparece la antigua costumbre de utilizar tres ataúdes (uno de ciprés, otro de plomo y un tercero de roble). En su lugar, se utilizará un único ataúd de madera, con revestimiento interior de zinc para su conservación. Este cambio simplifica el rito exterior y refuerza la idea de humildad y sobriedad.
  3. Sin velatorio privado: El cuerpo del papa no será expuesto primero ante altos cargos o cardenales. Se suprime el velatorio privado. En su lugar, se llevará directamente a la Basílica de San Pedro, donde todos los fieles podrán rendirle homenaje de forma igualitaria.
  4. Sin catafalco ni báculo papal: Durante la exposición en la basílica, el cuerpo reposará directamente en el féretro abierto, pero no sobre un catafalco elevado ni acompañado del báculo papal. El objetivo es que la despedida sea sencilla, directa y accesible para todos los fieles.
  5. Cierre del féretro: Como el cuerpo ya estará en el ataúd desde el inicio, este se cerrará la víspera de la misa exequial. Los textos utilizados en la celebración serán los mismos que figuran en el Misal Romano, sin fórmulas especiales.
  6. Títulos simplificados: Durante los ritos, no se utilizarán títulos pontificios que reflejen poder o autoridad temporal. Se hablará simplemente de “papa”, “obispo de Roma” o “pastor”, en línea con la visión de Francisco de una Iglesia más humilde y cercana al Evangelio.
  7. Lugar de sepultura: El nuevo ritual permite que el papa sea enterrado en un lugar distinto de las grutas vaticanas, lo cual no estaba previsto explícitamente antes. Francisco ha expresado su deseo de ser sepultado en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, por su profunda devoción a la Virgen Salus Populi Romani, cuya imagen se encuentra allí. De ahora en más, cada pontífice podrá escoger libremente su lugar de descanso final.
  8. Desaparición de la “Cámara Apostólica”: Aunque se mantiene la figura del camarlengo, el nuevo ritual elimina la llamada Cámara Apostólica, una estructura administrativa compuesta por miembros de la curia que asistía al camarlengo durante la sede vacante. Esto simplifica aún más la transición entre pontificados.

El funeral del papa Francisco seguirá estos pasos fundamentales:

  • Constatación de la muerte en la capilla del Palacio Apostólico.
  • Traslado inmediato del cuerpo a la Basílica de San Pedro.
  • Exposición del cuerpo en un solo ataúd, sin honores excesivos ni velatorio exclusivo.
  • Cierre del féretro la víspera del funeral.
  • Celebración de la misa exequial y posterior sepultura, posiblemente en Santa María la Mayor.

El nuevo ritual deja clara una intención pastoral: que la despedida de un papa sea una celebración de fe en Cristo resucitado, no un acto de poder. Francisco desea que su funeral sea, simplemente, el de un servidor del Evangelio.