CUATRO NUEVOS SACERDOTES DIOCESANOS SE ORDENARON EL 15 DE OCTUBRE
Gustavo Ramón Zaracho Galeano (32) oriundo de Zeballos Cué es uno de los cuatro flamantes sacerdotes ordenados el sábado 15 de octubre en la Catedral Metropolitana de Asunción. También recibieron el orden sacerdotal Eugenio Valdez Leite, Matías Quintana Meza y Mamerto Núñez Mato durante la misa presidida por el Arzobispo de la Santísima Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, sdb. Cuatro flamantes sacerdotes diocesanos para la Iglesia. En medio del trajinar de estos días, nos encontramos con Gustavo Zaracho con quien conversamos y nos comentó acerca de su vocación y su proceso para ser hoy día Pa’í.
Ya desde chiquitito conoció la Iglesia, aprendió a rezar, a ir a la misa, “como cualquier niño”. Luego fue a la escuela, al colegio, planeaba seguir una carrera y casarse. Sin embargo el Señor salió a su encuentro y lo llamó. Fue en un retiro de discernimiento vocacional del que participó a los 20 años, en el 2006. Recuerda que uno de los sacerdotes dirigentes de aquel entonces fue el P. Marín Ortiz, actual Canciller del Arzobispado.
Su primer año de formación recibió en el Seminario Mayor Nacional, ubicado en Caacupé. El segundo año en el Seminario Propedéutico II y luego los años restantes en la recientemente nombrada “Facultad Eclesiástica de Sagrada Teología”, ubicada en el barrio Santa Librada, en donde recibió siete años de formación en asignaturas como filosofía, teología, psicología, antropología, sociología y otras del ámbito humanístico.
A la formación académica también acompaña la práctica pastoral. El P. Gustavo inició su servicio pastoral en el 2010 en la Capilla San Ramón de San Lorenzo.
Qué has recibido en estos años de preparación para el sacerdocio?
Estoy agradecido con Dios por el don del sacerdocio. Porque me rescató en un momento en el que yo estaba muy mal. A los 15 años estaba pasando por un momento de rebeldía, quería salir de mi casa, me llevaba mal con mis padres así es que hablé con el Señor y le pregunté ‘qué era lo que quería de mi vida’ y que me muestre, que se manifieste. Es así que a lo largo de este camino, Él se fue manifestando notoriamente y de muchas formas”, dijo emocionado.
También en otro momento recordó durante sus años de seminarista, la muerte de su padre, lo cual significó un replanteamiento total de su vocación y nuevamente la presencia de Dios a su lado.
Actualmente sirve en la Parroquia “San José Obrero” del barrio Villa Morra. De vez en cuando visita y asiste a una comunidad en la localidad de Pedro P. Peña, distante a unos 800 km o unas 5 hs en camino de tierra de Mariscal Estigarribia. Allí conviven tres comunidades nativas: Manjui, Nivaclé y Guaraní. El párroco encargado es el Pbro. Carlos Cárdenas y colabora el diácono, Fabio Martínez (a ordenarse sacerdote en diciembre próximo)
El reciente ordenado P. Gustavo Zaracho resalta la riqueza de colaborar con comunidades tan diferentes a las que conocemos y las perspectivas enriquecedoras que éstas aportan. Destaca que es la comunidad más pobre del Vicariato Apostólico del Pilcomayo.
Lo que más le gratifica es trabajar con los jóvenes en la Pastoral Vocacional. El lema de su vocación es: “Heme, si quieres Señor, pues tú sabes que te amo”.
