Evangelio de hoy
JUEVES DE LA SEMANA 3ª DEL TIEMPO ORDINARIO DURANTE EL AÑO
Fiesta de la Conversión del apóstol san Pablo
Evangelio según San Marcos 16, 15-18
“Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio“
Jesús se apareció a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará. El que no crea se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán demonios en mi nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”. Palabra del Señor.
Meditación
Vocación y misión o apostolado de san Pablo. La oración de san Pablo es vital y paradigmática para todo el pueblo de Dios.
Su oración consciente y arraigada en la gran tradición del pueblo de la alianza: recuerda el encuentro entre Dios y Jacob, quien en una ocasión memorable luchó y recibió su cambio de nombre, que será el del pueblo Israel. Pablo se siente heredero de las promesas del Señor a David y a su heredad. Se siente beneficiario o mejor dicho, se ubica como en una línea de sucesión, línea de tradición vocacional. Así, podemos comprender la línea de continuidad y discontinuidad, entre el pueblo de la 1ra. Alianza y la Alianza del Testamento nuevo gracias a Jesucristo. En esa corriente nos ubicamos también desde el Bautismo, unido a Jesús, José y María, por ejemplo.
El encuentro con el Señor, suscita la oración, y viceversa. La experiencia orante de san Pablo y su encuentro con Jesús camino a Damasco, nos ayuda a comprender que la conversión es connatural a la oración. En la oración que hacemos profundizamos en el conocimiento y la unión con Dios y con Jesucristo. Tomamos conciencia de nuestra relación con Jesús y con el Padre. Se trata de una relación interpersonal abierta a la historia y al universo creado, a la vez que nos encontramos con nosotros mismos, gracias a la oración personal y comunitaria (la Eucarística o la de la Horas, por ejemplo).
La oración de este día nos capacita a las mejores relaciones humanas e interpersonales. Nuestra oración familiar o comunitaria, no pueden no mejorar los ambientes laborales y sociales. La diversidad de ritos, carismas y buenas costumbres son una riqueza para unas relaciones armónicas y razonables en todo grupo humano. La profecía de Isaías (11, 1-9) puede ser puesta en oración y en programación para que el Evangelio sea una realidad.
¡El Señor Dios le dará el trono de David, su padre!
No entraré bajo el techo de mi casa, no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos, ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor, una morada para Jacob.
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