Evangelio de hoy

 MARTES DE LA 3° SEMANA DE ADVIENTO

Evangelio según San Mateo 1, 1-17

“Jesús, que es llamado Cristo”

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones. Palabra del Señor.

Meditación

Puede resultarnos aburrida esta parte del texto evangélico, poniendo nombres, datos, personas que no conocemos y números repetidos, como el 14 en 3 ocasiones. Aunque el evangelista pone su interés en estos detalles que nos pueden dar luces en la interpretación. Lo fundamental es rescatar que Jesús es parte de la historia de Israel, hijo del pueblo de Dios, un judío también como sus antepasados. Mirando profundamente, encontramos que sobre él reposan las promesas hechas por Dios a su pueblo.

En la genealogía se muestra que Jesús proviene de la misma familia, teniendo la misma sangre, afirmando que es el heredero. En este caso, proveniente del mismo Abraham y de David, para decirnos su condición de Mesías. Además, Dios es el Señor de la historia desde el inicio hasta el final. En medio de las grandes etapas apareciendo el pecado que no logra romper el plan de Dios porque la misericordia de Dios en la totalidad del plan salvífico es mucho más grande que todos los pecados por más graves que hayan aparecido; recordemos que donde abundó el pecado, sobreabundó la Gracia. Así también nosotros formamos parte de esta historia que sigue abierta. Desde la Encarnación de Jesús, de su Pasión, Muerte y Resurrección, su Sangre corre por nuestras venas haciendo que nos unamos a la misma historia de la que Él proviene desde el inicio de los tiempos.

También se menciona entre las personalidades en el árbol de Jesús a mujeres que no son israelitas, dando a entender la universalidad de la redención. Al decir que Jacob fue padre de José, esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo, nos muestra la generación virginal de Jesús y que José cumple un papel de papá adoptivo. Nos indica que José es el esposo de María, que no tiene parte en la concepción de Jesús, que tiene una responsabilidad legal y jurídica sobre Jesús, el hijo de su esposa. Sabemos que José es el modelo acabado de perfección por el afán que puso en el cuidado de Jesús y María. En la familia, la pequeña Iglesia, los padres cumplen el papel principal en la formación de los hijos.

Perdón Señor porque muchas veces nos cuesta entender que esta genealogía presentada por el evangelista tiene un papel educativo para nosotros, viendo el origen de Jesús, el Mesías, quien también proviene de una historia humana llena de situaciones complejas. Ayúdanos a valorar este gran misterio desde la fe y unir nuestra genealogía familiar a la de Cristo, para alabar tu nombre en nuestras vidas. Gracias por hacernos parte de la única historia que Tú diriges: la historia de la salvación. Amén.