Santa Brígida de Suecia (1303–1373) es un testimonio luminoso de cómo la santidad puede florecer en el corazón de la vida cotidiana, en el matrimonio, en la maternidad, y también en la entrega radical a Dios.

Nacida en el seno de una familia noble, desde joven recibió una…

La figura de María Magdalena, cuya memoria litúrgica celebramos el 22 de julio, ha sido durante siglos objeto de confusión y múltiples interpretaciones, muchas de ellas erróneas.

La tradición popular, sobre todo en Occidente, identificó durante mucho tiempo a María Magdalena con…

Del tratado de san Ambrosio, obispo, sobre los misterios

(Núms. 52-54. 58: SC 25 bis, 186-188. 190)

ESTE SACRAMENTO QUE RECIBES SE REALIZA POR LA PALABRA DE CRISTO

Vemos que el poder de la gracia es mayor que el de la naturaleza y, con todo, aún hacemos cálculos sobre los…

De las obras de san Buenaventura, obispo
(Opúsculo sobre el itinerario de la mente hacia Dios, 7,1.2.6: Opera omnia 5, 312-313)

LA SABIDURÍA MISTERIOSA REVELADA POR EL ESPÍRITU SANTO

Cristo es el camino y la puerta.
Cristo es la escalera y el vehículo,
él, que es la placa de la…

La historia de la Virgen del Carmen está profundamente ligada a la espiritualidad del Monte Carmelo, en Tierra Santa, y al desarrollo de la Orden del Carmen (Carmelitas):

📜 Origen bíblico y simbólico

El nombre “Carmelo” proviene del hebreo Karmel, que significa “viña de Dios”.…

Cargar más
Evangelio de hoy, martes 22 de julio de 2025
Destacada, El Evangelio de Hoy

Evangelio de hoy, martes 22 de julio de 2025 

Evangelio de hoy

MARTES DE LA SEMANA 16ª DEL TIEMPO ORDINARIO

Fiesta de Santa María Magdalena, apóstol de los apóstoles

Evangelio según San Juan 20, 1-3. 11-18

 “María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor ”

El primer día de la semana, de ma­drugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentado uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras?”. María respondió: “Porque se han lle­vado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto”. Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella, pensando que era el cuidador del huerto, le respondió: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo”. Jesús le dijo: “iMaría!”. Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: “iRaboní!”, es decir, “¡Maestro!”. Jesús le dijo: “No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre y Padre de ustedes; a mi Dios y Dios de ustedes’”. María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras. Palabra del Señor.

Meditación

Relacionados

WordPress Theme built by Shufflehound. Arzobispado de la Santísima - ©2025