Evangelio de hoy

MARTES DE LA SEMANA 17ª DEL TIEMPO ORDINARIO

Evangelio según San Mateo 13, 36-43 

“¡El que tenga oídos, que oiga!”

Dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña en el campo”. Él les respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!”. Palabra del Señor.

Meditación

Si hemos ido siguiendo la liturgia de los últimos días, notaremos que no hay una continuidad en ella.

Esto es debido a que la liturgia sólo toma los pasajes que nos van conduciendo a lo largo del mensaje evangélico, pero omite algunos elementos que son importantes. Por ello, queremos insistirles en la necesidad de seguir nuestra lectura diaria de la Escritura y no de los misales (o de este mismo servicio), los cuales están organizados de manera litúrgica y que, por lo tanto, en ocasiones saltan algunos pasajes como es el caso de cuando se atraviesan fiestas especiales u omiten algunos versículos para centrar la reflexión sólo en algunos pasajes de Jesús.

Si verdaderamente queremos entender mejor y tener, no sólo el texto sino también el contexto, es necesario hacer nuestra lectura directamente desde nuestra propia Biblia. Esto, además, nos permite tomar algunas notas, subrayar algunas ideas importantes y sobre todo, ir directamente al texto, al cual más adelante nos podremos referir. Cada cristiano debe tener su propia Biblia, ¿tú ya tienes la tuya?