Mt. 10.17
El joven rico que corre detrás del maestro y delante de él se arrodilla. «¿qué tengo que hacer para ganar la vida eterna?». «Vida eterna» no es sólo la vida del más allá, sino que es la vida plena, realizada, sin límites. Jesús, respondiendo, le recuerda vivir los mandamientos que se refieren al amor al prójimo. “Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven”. Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo una cosa te falta: Va y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme”. Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: “¿Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!”.

Un periodista visitó un día a la madre Teresa de Calcuta (1910-1997) mientras ella estaba ocupada en curar a un enfermo en un estado verdaderamente repugnante. “Yo no haría esto” – dijo el periodista a la madre Teresa – ni por un millón de dólares” “Yo tampoco porque, a un leproso solo se lo puede bañar por amor”, respondió la madre y siguió en su tarea tan repugnante para el periodista, pero lo más natural para ella que veía en el enfermo el mismo rostro de Jesús. Madre Teresa prefirió a sus pobres y enfermos: preferí a la sabiduría (Sab 7, 7) más que a los cetros (bastón de mando) y a los tronos, y en comparación con la sabiduría, ella fue mi mayor riqueza. La mayor sabiduría, es ganar la plenitud, invirtiendo la propia vida sirviendo a los demás, como Jesús nos lava los pies . El que quiera ser grande se haga pequeño.

Mateo 6:19: no acumulen tesoros en la tierra donde la polilla y el herrumbre corroe. Y lo que corroe verdaderamente el corazón humano es la ambición irrefrenable de algunos del dinero, del placer y del poder, que corrompe la vida y arruga el corazón. De ese corazón envilecido (depravado) por la codicia, exuda sangre inocente por dinero mal habido, amasado con corrupción, fraudes, robos. Dineros que compran y venden la dignidad de las personas. El 12 de enero 2004 el niño Amín Riquelme, de 10 años, alumno del Cristo Rey, fue encontrado muerto luego de un secuestro extorsivo en su propio entorno familiar. Tanta la ambición de sacrificar vidas humanas, para traficar con niños, mujeres, tratas de personas, tráficos de drogas y armas, guerras, misiles millonarios con luces de muertes, que no solamente mancilla y herrumbra a la persona sino a toda la familia humana. La mancha de sangre en el hermana/o con las propias manos es perdición y destrucción.

Poderoso Caballero es don Dinero, escribía en su poesía Francisco Quevedo y Villegas (1580-1645) poeta, novelista, dramaturgo: madre al oro yo me humillo, el es mi amante y mi amado, hace todo cuanto quiero, poderoso don Dinero. (Plata pota, ñande gueraha vai, plata hae ñande Patron ha ñande perdición)

Tal vez podamos decir con fe, contrarrestando la poesía de Quevedo, poderoso es el señor Rey de Reyes a quien amo y realiza cuanto quiero. Ante el me humillo y reconozco mi pecado, pero vuelvo a ti, deseoso de recomenzar y enmendar mi vida. Acumulando tesoros en el cielo. El Señor inclina su oído ante un corazón contrito. ( Salmo 51,17)

El 13 de octubre de 1917 ( hace 107 años) mientras miles de peregrinos se encontraban en Fátima (Portugal), se produjo el llamado “milagro del sol”, en el que se pudo ver al sol en movimiento, haciendo una especie de “danza”. El fenómeno tuvo una duración de al menos tres minutos, y sucedió después de la última aparición de la Virgen María a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía. Tras una intensa lluvia, las nubes se abrieron y dejaron ver el sol, que, según los testigos, se veía como un disco de plata.
Entonces, sus rayos tomaron diferentes colores y el astro pareció caer sobre las miles de personas, que se habían puesto de rodillas. Los testigos fueron unos 100 mil. Además del milagro del sol, los pastorcitos dijeron haber visto imágenes de Jesús, la Virgen María y San José bendiciendo a la multitud.
Las Escrituras se refieren a Jesús como sol cuando Zacarías habla de Él en el benedictus: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz” (Lc 1, 77b-79).
El tesoro de la fe nos ilumina, despeja los nubarrones de dudas y desesperanzas, como María Felicia de JS, Chiquitunga, gloriosa mujer y joven paraguaya, antes que esconder la luz encontrada, ni perderse en la historia, nos ha sido transmitida de generación en generación, a través de sus escritos y testimonios, como la luz irradiada, como antorchas de fe, por la santidad de los héroes y heroínas de la fe; ella, nuestra beata, con la luminosidad de su testimonio, como la luz que se refracta en el tiempo, nos ilumina en el presente de nuestras vidas, para invitarnos a conducir nuestros pasos para buscar e invertir nuestros talentos y esfuerzos en adquirir el tesoro de la fe en Dios y su Reino. El milagro del sol se renueva en nuestros altares con el milagro de la Eucaristía. Del que María Felicia era sumamente creyente y devota. Que este milagro recibido con amor y en comunión siga iluminando nuestras vidas. Virgen de Fátima, Ruega por nosotros pecadores.

13 de octubre 2024
Fiesta patronal en la Parroquia Virgen de Fátima y confirmaciones

Adalberto Card. Martínez Flores
Arzobispo de Asunción