En la Casa de Retiro Marianela de Atyrá culminó el encuentro amplio número XII con el tema “la prevención de abusos en la Iglesia”. El día de lunes en el segundo momento de la jornada las distintas delegaciones presentes realizaron trabajos por grupos.

Los diferentes equipos de trabajo destacaron: la importancia de la prevención del abuso, señalando la necesidad de mayor presupuesto, educación y articulación con organismos existentes. Se enfatizó la urgencia de hablar del tema en la Iglesia para desnaturalizarlo y prevenirlo desde la catequesis, homilías y formación integral. También se subrayó la falta de infraestructura en municipios y centros educativos para la defensa del niño, así como la necesidad de protocolos claros y espacios seguros. Se propuso fortalecer el trabajo en red con instituciones y promover la transparencia dentro de la Iglesia.

Se discutió el impacto del abuso, resaltando la importancia del acompañamiento a víctimas y victimarios, el cuidado de la familia y la formación en educación sexual desde la pastoral. Se mencionó el papel de la Iglesia en la transformación social, evitando el miedo y priorizando el amor en la prevención y atención. Finalmente, se hizo un llamado a seguir trabajando juntos para construir una Iglesia que brinde entornos seguros, acoja y acompañe a quienes más lo necesitan.

El encuentro contó con la presencia de expertos de Chile: la Prof. Dra. Ana María Celis Brunet, la Lic. Angélica Pilar Ramírez Rodríguez y Mons. Ricardo Morales, actual Presidente del Consejo Nacional de Prevención de la Conferencia Episcopal Chilena, y de Puerto Rico, el Lic. Juan Carlos Oviedo Salazar, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional para la Protección de Menores y Personas Vulnerables de la Conferencia Episcopal de Costa Rica.

Las expertas chilenas expusieron el proceso de respuesta de la Iglesia ante los abusos, desde la perspectiva jurídica inicial (2002-2010) hasta la conformación de una cultura del cuidado (2023). Destacaron hitos clave, como el caso Karadima, la creación del Consejo Nacional de Prevención y la articulación con organismos internacionales. Enfatizaron la importancia de la formación en prevención, la acogida a víctimas y el rol de la mujer en la toma de decisiones. Subrayaron la necesidad de una reparación integral, tanto psicológica como simbólica, y el replanteamiento de la imagen del poder dentro de la Iglesia.

El segundo y último día del encuentro iniciaba con la Misa presidida por Mons. Pierre Jubinville, Presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya. Seguidamente Mons. Miguel Ángel Cabello, Vicepresidente de la CEP y responsable del Sínodo abordó el tema de las “Perspectivas de la cultura del cuidado a la luz del Sínodo 2024”.

Mons. Cabello mencionó que el documento final nos dan indicaciones de como la iglesia debe actuar en estás situaciones, “La Iglesia debe escuchar con particular atención y sensibilidad la voz de las víctimas y de los sobrevivientes de los abusos sexuales, espirituales, institucionales, de poder o de conciencia de parte de miembros del clero o de personas con cargos eclesiales”, expreso que la “escucha es un elemento fundamental en el camino hacia la sanación, el arrepentimiento, la justicia y la reconciliación”

Mons. Cabello mencionó que “todas las etapas del proceso sinodal, resonó la necesidad de sanación, reconciliación y reconstrucción de la confianza dentro de la Iglesia, en particular tras demasiados escándalos de abusos, y dentro de la sociedad. La Iglesia está llamada a poner en el centro de su vida y de su acción el hecho de que, en Cristo, por el Bautismo, estamos confiados los unos a los otros”. Enfatizó que  “,recorrer este camino es un acto de justicia, un compromiso misionero del Pueblo de Dios en nuestro mundo y un don que debemos invocar desde lo alto”.

Otro aspecto fundamental que remarcó fue “la actitud de transparencia”. “Allí donde la Iglesia goza de confianza, las prácticas de transparencia, rendición de cuentas y evaluación contribuyen a consolidarla, y son un elemento aún más crítico allí donde la credibilidad de la Iglesia debe ser reconstruida”. “La transparencia y la responsabilidad no sólo deben exigirse cuando se trata de abusos sexuales, financieros y de otro tipo, también concierne al estilo de vida de los pastores, los planes pastorales, los métodos de evangelización y el modo en que la Iglesia respeta la dignidad de la persona humana, por ejemplo, en lo que respecta a las condiciones de trabajo dentro de sus instituciones, “hay que mirar la Iglesia de forma global” remarcó Mons. Cabello.

El encuentro culminó con una con unas propuestas de continuar el compromiso de seguir consolidando la prevención en los diversos tipos de abusos a partir de los ejes trasversales que se viene trabajando con el Instituto Pastoral de la Juventud, presentada por Mgtr. Auxiliadora Pineda.

De los grupos de trabajo se destacan: que todas las Diócesis cuenten con su propio protocolo, agilizar este tema; que se forme una Comisión de escucha en cada Diócesis; que se publique en las Diócesis quiénes son las personas de la Comisión de Escucha; contar con un espacio físico acogedor para la Escucha a las personas; que se haga saber día y hora de atención de las distintas personas de la Comisión: sacerdote, psicólogo, religiosa, laica, laico, abogado, etc.; que se publique los números de teléfonos y correo electrónico de la Comisión de Escucha; recepcionar y gestionar las Denuncias y ayudar para dirigir a las Instancias que correspondan; pensar en conseguir, gerenciar rubros para mantener la Comisión de Escucha; para la prevención, insistir en la Educación sexual en nuestras estructuras: catequesis, entidades educativas nuestras, en la Comunidades eclesiales, como también animar a las Familias a formar en ese tema; insistir en los valores morales y cristianos: respeto mutuo, virtudes como la castidad, el autocuidado.

Fotos: CEP