En el marco del Jubileo de la Esperanza 2025, el Cardenal Adalberto Martínez Flores, Arzobispo de Asunción, nos invita a reflexionar sobre nuestra misión evangelizadora a la luz de la esperanza cristiana. Esta Carta Pastoral nos anima a caminar juntos en sinodalidad, renovando nuestro compromiso con la comunión, la participación y la misión.


Iglesia sinodal: peregrina de esperanza para la vida plena de nuestro pueblo, en Jesucristo

Hermanas y hermanos en Cristo:

Con el lema “peregrinos de esperanza”, el Santo Padre ha convocado a la celebración del Jubileo de la Esperanza en este año 2025. Con profunda alegría y gratitud, les invito a reflexionar juntos sobre nuestra misión evangelizadora a la luz de la virtud de la Esperanza, fundamento de nuestra fe y caridad, iluminados por el Espíritu Santo y guiados por la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia.

Retomamos así nuestro caminar juntos desde aquella Carta en el Año del laicado, 2022. En estos tiempos de renovación eclesial, la sinodalidad adquiere una importancia aún mayor. Como Iglesia en la Arquidiócesis de Asunción, este proceso nos motiva a crecer en comunión, participación y misión para llevar la alegría del Evangelio a todos los rincones y ámbitos de nuestra jurisdicción.

Nos mueve la Esperanza de que, a la luz de las orientaciones del Concilio Vaticano II y del Magisterio del episcopado de América Latina y el Caribe –actualizados e impulsados por el Papa Francisco desde su ministerio petrino– como Iglesia en la Arquidiócesis de Asunción podamos encarnarlas con la renovación eclesial y la conversión pastoral, para que todas nuestras estructuras y acciones eclesiales se constituyan en canales eficaces para la evangelización.

Encontramos en los desafíos que nos ha planteado la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, y en las conclusiones del Sínodo sobre la Sinodalidad, el marco doctrinal y pastoral que orienta esta Carta Pastoral.

Deseamos vivamente que esta Carta nos aliente a ser constructores de esperanza desde nuestro testimonio de caridad y comunión eclesial; testimonio que transmita y anime a nuestro pueblo a vivir la fraternidad y la amistad social como camino necesario para que los valores del Reino de Dios transformen los corazones, las relaciones sociales y las estructuras que impiden el desarrollo humano integral y que nuestra evangelización sea un instrumento eficaz para el cumplimiento de la promesa del Señor en nuestro pueblo: “Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la tengan en abundancia” (Jn 10,10b).