El miércoles 7 de mayo de 2025 dará inicio en la Ciudad del Vaticano el Cónclave, la solemne asamblea de cardenales convocada para elegir al nuevo Papa, el 267.º sucesor de San Pedro. La elección se llevará a cabo en la Capilla Sixtina, donde 133 cardenales electores de todo el mundo se reunirán en un ambiente de estricto secreto y profunda oración.

¿Qué es el Cónclave?

La palabra “Cónclave” proviene del latín cum clave (con llave), haciendo referencia al encierro de los cardenales hasta alcanzar una decisión. Este encierro garantiza la reflexión, el discernimiento y la libertad necesaria para la elección del nuevo Pontífice, sin presiones externas.

El procedimiento está regulado por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por San Juan Pablo II y posteriormente actualizada. Allí se especifican cada una de las etapas del proceso, desde la preparación hasta el anuncio oficial.

¿Cómo se realiza la votación?

Durante el Cónclave, los cardenales votan mediante papeletas escritas a mano, donde anotan el nombre del cardenal que consideran más digno para asumir la Cátedra de Pedro. Cada elector, al depositar su voto, pronuncia solemnemente esta fórmula:

“Pongo por testigo a Cristo Señor, que me juzgará, de que mi voto es dado a aquel que, según Dios, creo que debe ser elegido.”

Los votos son depositados en una urna especial. Luego, son contados y leídos en voz alta. Para que un candidato sea elegido como Papa, debe alcanzar una mayoría calificada de dos tercios de los votos.

El humo como señal al mundo

Una vez contadas y registradas, las papeletas son quemadas en una estufa de hierro fundido instalada en 1939. A esta estufa se le añade una sustancia química que da color al humo:

  • Humo negro (fumata nera): indica que no se ha alcanzado la mayoría requerida.

  • Humo blanco (fumata bianca): anuncia que ha sido elegido un nuevo Papa.

Este simple pero poderoso signo es esperado con expectativa por los fieles católicos y medios de comunicación de todo el mundo, reunidos en la Plaza de San Pedro.

Un proceso guiado por la oración

Si después de varias votaciones no se alcanza la elección, se hacen pausas para la oración y el diálogo, acompañadas de exhortaciones espirituales. El ambiente del Cónclave está marcado por el recogimiento, el discernimiento y la invocación constante al Espíritu Santo, para que ilumine a los cardenales electores.

Hacia un nuevo pontificado

Una vez elegido, el nuevo Papa es consultado: “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”

Si da su consentimiento, se le pregunta el nombre pontificio que desea asumir. Luego, se reviste con los ornamentos papales y es conducido a la Loggia de la Basílica de San Pedro, donde el Cardenal Protodiácono pronuncia la tradicional fórmula:


“Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!”

Fuente: vatican news