Evangelio de hoy

San Francisco Javier, presbítero.

Sábado de la 1ª Semana de Adviento

Evangelio según San Mateo 9, 35—10, 1. 5a. 6-8

 “Proclamando la Buena Noticia del Reino”

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha”. Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia. A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: “Vayan a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por él camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente”. Palabra del Señor.

Meditación

     Dichosos los que esperan en el Señor. Anhelamos la dicha, y de una u otra forma, esperamos. Se esperan ciertos resultados por los méritos, el jornal a final de mes, un certificado por un curso lectivo por un proyecto o programa. Se puede esperar también algún regalo o a alguien conocido. Mientras que esperamos con esperanza algo que viene de Dios.

   Jesús ya vino y viene siempre. Él vive! compasivo, no indiferente, ante quienes “estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor”. Hizo participar a los apóstoles de su Misión, que todos recibimos por el Bautismo. Sobretodo, en nuestra época, somos parte de un mundo roto, de una sociedad desintegrada, que necesita misericordia, paciencia, sabiduría, paz, compañía. Esto incluye a mis amigos, mi familia, mis vecinos, colegas de trabajo y otras personas a quienes recuerdo. Él quiere vivir en cada corazón, en cada vida, en cada joven, especialmente, como nos recuerda el Papa Francisco (Christus vivit)

   “Proclamen que el Reino de Dios está cerca”, dice Jesús. Participemos de la cosecha como dice S. Agustín: “Sembraron Abraham, Moisés, Jesús, en Judea la mies estaba a punto. Madura en el momento en que tanta gente aporta su tiempo, el precio de sus bienes, hasta su vida, depositándolos a los pies de los apóstoles, y descargando de sus espaldas el peso de este mundo, siguiendo a Cristo (Hch 4,35; Sl 81,7). Interceda la Virgen María y la cosecha madure.

Dichosos los que esperan en el Señor!

Alaben al Señor, que la música es buena;

nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

El Señor reconstruye Jerusalén,

reúne a los deportados de Israel.