Jueves de la 20ª Semana del Tiempo Durante el Año

San Alberto Hurtado, Presbítero

“Muchos son llamados, pero pocos son elegidos” 

Evangelio según San Mateo 22, 1-14

Jesús se dirigió a los sumos sacerdotes y fariseos, diciendo esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: “Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas”. Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron. Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores: “El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren”. Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados. Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. “Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?”. El otro permaneció en silencio. Entonces el rey dijo a los guardias: “Átenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes”. Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos. Palabra del Señor.

Meditación

Deseos e intenciones tras la riqueza. No se trata de demonizar la riqueza, pero sobre todo está el reconocimiento que es don de Dios y sobre ella está gravada una hipoteca social. Se trata, en este caso, de “mi banquete” -como dice el rey- al que no acuden la gente, motivados por “su” campo o “su” negocio; y otros incluso mataron a los emisarios. Esos invitados desaparecen de la escena. Después viene otra invitación “al banquete” pero no se encuentra gente digna de ella. Hasta que los buenos y malos, que se encontraban a los cruces del camino “indecisos y hacia diversos rumbos” asistieron a la fiesta.

   Hoy prestamos atención a la riqueza, al bien común, posible y definitivo, viable y para siempre, que no es dañada por la polilla y vale para la vida eterna. En efecto, el derecho de propiedad es un derecho natural secundario, ya que lo mío y lo tuyo es necesario para intercambiarlos en la vida social. En efecto “la cuestión de la propiedad es también y principalmente una cuestión moral: hoy creyentes y no creyentes estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una creencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos”.

¡Derramaré sobre ustedes un agua pura que los purificará de todas sus inmundicias!

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame con espíritu generoso.

 No me arrojes lejos de tu espíritu, no me quites tu santo espíritu.