Hoy celebramos el día de Santa Teresita del Niño Jesús, también conocida como Teresa de Lisieux. Fue una monja carmelita francesa que se convirtió en una de las figuras más influyentes de la espiritualidad católica del siglo XX.

Santa Teresita nació en Alençon, Francia, en 1873.…

Teniendo un deseo inmenso del martirio, acudí a las cartas de san Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios, y en el primero de ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo…

¡Hoy celebramos el día de San Pío de Pietrelcina!
San Pío, también conocido como Padre Pío, fue un fraile y sacerdote franciscano italiano que vivió entre 1887 y 1968. Es famoso por haber recibido los estigmas de Cristo, es decir, las mismas heridas que Jesús sufrió en la cruz.…

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Evangelio de hoy, jueves 25 de diciembre de 2025
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Evangelio de hoy, jueves 25 de diciembre de 2025 

Evangelio de hoy

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

Evangelio según San Juan 1, 1-18

“Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: “Éste es aquél del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”. De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Dios Hijo único, que está en el seno del Padre. Palabra del Señor.

Meditación

Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. Muchas veces remarcamos la fuerza de la oscuridad de este mundo, pero solo es para evidenciarla y para poder presentar a Jesucristo como la única alternativa al mundo que vive en tinieblas, porque solo Él es la Vida y solo Él es ‘la Luz verdadera que ilumina a todo hombre’, porque es la Palabra eterna que desde el Principio estaba con Dios y que es Dios.

Alguno podría llegar a desanimarse al escuchar las maldades que nos rodean en este mundo y ese desánimo sería caer en la tentación del enemigo que pretende oscurecer también nuestros corazones a través del desánimo; no se lo permitas, que nada en ti ceda al enemigo y que todo tú seas de Jesucristo.

Es verdad que el enemigo hace su lucha y, en ocasiones, podría parecer que está ganando la batalla, pero eso es mera Ilusión. Jesucristo llegó para quedarse y a todos los que lo han recibido, les ha concedido llegar a ser hijos de Dios. Por eso, con el corazón en la mano, te deseo muy Feliz Navidad.

Hoy no solo celebramos que la Luz vino al mundo hace dos mil años, hoy celebramos que desde hace dos mil años Jesucristo está dando luz a todo el que entra en contacto con Él y lo acoge en su vida y corazón, porque de su plenitud hemos recibido todos, gracia sobre gracia.

Hoy te invito a gozar la Navidad, a gozar de Jesús y de su Luz, a recibirla y a transmitirla, a acoger al Señor que seguirá viniendo a tu encuentro de muy diversas maneras y, como san Juan el Bautista, te invito a ser testigo de la Luz, testigo de Jesús, testigo de su amor infinito; para que todos crean por medio de tu predicación. Anúncialo hasta que abraces la verdadera vida en Él. Hermano, hermana, Feliz navidad.

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