Evangelio de hoy

MIÉRCOLES DE LA 4ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

Evangelio según San Marcos 6, 1-6

 “¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada?”

Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?”. Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente. Palabra del Señor.

Meditación

“Nadie es profeta en su tierra”, advertencia para no desanimarse en el testimonio cristiano, ya que el mismo Jesús experimentó en su vida pública la desconfianza, la incredulidad y el rechazo. Ya lo había profetizado: “vino a los suyos y éstos no lo aceptaron”(Jn 1,11). Los judíos esperaban un mesías glorioso y deslumbrante, dueño y señor del poder espiritual y político.

 

Cristo espera de sus seguidores una respuesta de fe y amor, libre y confiada, y no una fe que deslumbra y realiza milagros. Jesús es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre. Basta abrirle el corazón con intención de conocerle, amarle y seguirle, como hacen los santos y muchos cristianos de verdad. El laico está llamado a no reducir la Verdad de Cristo a la medida de su criterio, sino a entregarse a su vida y proyecto de salvación.

 

Muéstranos, Señor tu misericordia y danos tu salvación, y haz que seamos tus valientes testigos en un mundo cerrado a Tu Verdad y Salvación.