Hoy recordamos a los Santos Cirilo y Metodio, conocidos como los "Apóstoles de los eslavos", fueron dos hermanos de origen griego que desempeñaron un papel fundamental en la evangelización de los pueblos eslavos en el siglo IX. Nacieron en Tesalónica, Grecia, y son reconocidos…

“Pudo más quien más amó”
Escolástica, hermana gemela de San Benito, se consagró al Señor desde la infancia. Vivió a la sombra de su hermano, padre del monaquismo occidental, y fue la primera monja benedictina y fiel intérprete de su Regla monástica.

Nacida en Nursia (Italia) en…

En este día que se celebra la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de Personas me uno al mensaje del Papa Francisco expresando que "no podemos aceptar que tantas hermanas y hermanos sean explotados de manera tan deleznable. El comercio de cuerpos, la…

Santa Ángela Merici (nacida el 21 de marzo de 1474, Desenzano, República de Venecia [Italia]—fallecida el 27 de enero de 1540, Brescia; canonizada el 24 de mayo de 1807; festividad el 27 de enero) fue la fundadora de la orden de las Ursulinas, la orden religiosa de mujeres más…

Faltan 24 días para la Apertura de la #PuertaSanta en el #Vaticano con la que da inicio al #AñoSanto2025
Sigue junto a #VaticanNews y #RadioVaticana la Apertura de la Puerta Santa el 24 de diciembre a las 19.00 (hora local en Roma).
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Evangelio de hoy, miércoles 19 de marzo de 2025
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Evangelio de hoy, miércoles 19 de marzo de 2025 

Evangelio de hoy

MIÉRCOLES DE LA II SEMANA DE CUARESMA

Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María

Evangelio según San Mateo 1, 16. 18-21. 24a

 «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa»

Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. Jesucristo fue engendrado así: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de todos sus pecados”. Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado. Palabra del Señor.

O bien:

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (2, 41-51a)

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre y, acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él (…) Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados”. Jesús les respondió: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?”. Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Palabra del Señor.

Meditación

La Iglesia celebra hoy a su Patrono Universal: José de Nazaret, aquel varón justo y prudente a quien el Señor eligió como custodio del Redentor, un artesano de la Palestina del siglo I. Del linaje de David, según lo narran los evangelios, vivió con fidelidad su fe, tanto en el trabajo de cada día, como en el silencio del hogar nazareno, enseñando al propio Jesús los elementos esenciales para ser un hombre de bien. Desde su rol de padre adoptivo, vivió ejemplarmente su ser discípulo y servidor del Reino. Es muy poco lo que sabemos de san José. El evangelio nos cuenta que vivió en la aldea de Nazareth; era uno de los tantos hombres que se mantenían con sus trabajos de artesanos. Por lo tanto, podemos imaginar que habrá vivido como la gente de su pueblo, alternando el trabajo con las prácticas de fe, ‘peleando’ para que el taller rindiera entre los impuestos romanos y los tributos religiosos.

El Evangelio narra el importante papel que tuvo para posibilidad la llegada de Jesús a nuestro mundo, enfrentando situaciones complicadas dentro de un territorio ocupado por el imperio de turno, con sus condicionamientos económicos, sus estructuras políticas y sus luchas internas y religiosas. Ahí pareciera que es un hombre insignificante aunque Dios quiso que acompañara a Su Hijo y a María, custodiándolos para que se cumpliera la voluntad del Padre. Pero nada nos dice de él durante el ministerio público de Jesús. Es el patrono de los padres de familia, de los tesoreros y de los trabajadores. Su protección se invoca especialmente sobre los matrimonios que adoptan niños (cf. La Liturgia Cotidiana, 20/03/2024, pág. 57).

Es considerado varón justo y prudente, quien recibe el mandato de Dios para cuidar como papá puro, casto, con augusta dignidad, acompañar en la educación de Jesús, quien le obedeció en todo como papá legal en la tierra. El Papa Francisco, en Patris Corde, expresa así una oración a san José: “Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén”.

Perdón Señor por las veces en que hemos dudado de todos los misterios vinculados a la Santísima Madre María, la concebida sin mancha y siempre Virgen, la que nos precede con su Hijo al ser Asunta a los cielos. Ayúdanos a valorar el misterio de tu Presencia en la carne humana y en nuestra cultura y por tenerle a san José como el gran custodio de Jesús, tu Hijo amado. Gracias por hacernos partícipes de tal misterio y por mostrarnos a María y José, elegidos para hacer crecer al Niño Dios, y los más grandes ejemplos en la historia de la Iglesia. Amén.

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