Evangelio de hoy

Santa María Goretti, Virgen y Mártir

Miércoles de la 14ª Semana del Tiempo Durante el Año

Evangelio según San Mateo 10, 1-7

Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó. A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: “No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente”. Palabra del Señor.

Meditación

Absoluta conciencia y determinación de Jesús. Nos envía, como a los 72 junto con los 12 apóstoles, a ser portadores de la paz. De 2 en 2 para que “unidos por la caridad” aportemos la paz. Pero lo más importante es que “con Él, seamos testigos y anunciadores del acontecimiento del reino de Dios” (Benedicto XVI, marzo, 2016). Aunque el testimonio es imprescindible, habrá objeciones.

El nombre de Judas, el apóstol traidor, y más allá de la habilidad, la riqueza, el poder o fama de los discípulos, Jesús anticipa su victoria como fruto de la legitimidad y no del prestigio de la palabra de los suyos. “Quiso ser entregado por uno de sus apóstoles para que tú, si un compañero te abandona o te traiciona, tomes con calma este error de juicio y la dilapidación de tu bondad”. Así se manifiesta que toda la misión del Hijo encarnado tiene una finalidad comunitaria: la unidad de la humanidad dispersa.

   Animémonos a crecer en la comunión y en la misión con Cristo, quien es siempre contemporáneo nuestro y de la iglesia, construida sobre el fundamento de los apóstoles. Sí, cristo está con nosotros, el reino de Dios viene.

¡Busquen continuamente el rostro de Dios!

Canten al son de instrumentos, hablan de sus maravillas,

gloríense de su santo nombre, que se alegren los que buscan al Señor.