Evangelio de hoy

SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

Evangelio según San Juan 6, 16-21

Él les dijo: “Soy yo, no teman”

Al atardecer de ese mismo día, en que Jesús había multiplicado los panes, los discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaúm, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento. Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. Él les dijo: “Soy yo, no teman”. Ellos quisieron subirlo a la barca, pero ésta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban. Palabra del Señor.

Meditación

     No teman, sentido de vida y garantía. Aprendamos de la Virgen María lo concreto de su fe en el Señor. El evangelio de hoy y la carta a los hebreos (c 11) no nos dicen que la fe sea un opio para el pueblo (marxismo), ni una independencia de lo religioso (laicismo). “La fe no abre un camino todo fácil y tranquilo; no nos rescata de las tormentas de la vida. Nos da la seguridad de una Presencia, la de Jesús que nos impulsa a superar las tormentas existenciales, … muestra el camino incluso cuando está oscuro. No es una vía de escape, sino un apoyo que da sentido a la vida”.  Vale pues la pena el caminar juntos para comprobar, la fe en Cristo y en su Palabra, que garantiza contra el naufragio.

     El opio, las drogas que adormecen, extasían, dañan gravemente no existen en el aire. Los criterios, valores, normas y actos jurídicos y políticos no son de otro mundo. La fe en Cristo impulsa el poder de la oración, privada y pública; promueve la dignidad y el desarrollo integral de las personas, familias y pueblos enteros. Por ejemplos, lo religioso incluye la lectura del horóscopo hasta dar la vida heroica por una causa, aunque cause risa y llanto, es la realidad humana.

     Probemos y gustemos que bueno es el Señor y comprobado, trascendamos (La fe en Cristo, no son nuestras cualidades o valentía, sí, su acción en la gente).

     El sí de María nos mueva a que “la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo” (Intención de oración, Papa Francisco).

¡Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti!

Aclamen, justos, al Señor,

que merece la alabanza de los buenos.

Den gracias al Señor con la cítara,

toquen en su honor el arpa de 10 cuerdas. R/.

La palabra del Señor es sincera,

y todas sus acciones son leales;

Él ama la justicia y el derecho,

y su misericordia llena la tierra. R/