El Papa San Juan Pablo II, en el año 1988 llegó al Paraguay por primera vez para besar nuestra tierra, y en un día como hoy, 16 de mayo de 1988, hace 36 años, en la Misa Celebrada en Ñu Guazu, en medio de una lluvia torrencial, nos regaló la canonización de San Roque González de Santa Cruz, primer Santo Paraguayo y sus dos compañeros mártires. Al día siguiente el 17 de mayo, visitó Villarrica del Espíritu Santo.

Fue un momento de bendiciones para nuestra Diócesis en que quedó impregnado en la mente y el corazón de quienes fueron parte de ese momento histórico. A pesar de la gran lluvia que continuaba y grandes charcos de agua, los miles de fieles que participaron en la misa, experimentaron lo que significa la transfiguración del cielo al estar cerca del Sucesor de Pedro. Como decían algunos servidores fue el momento más maravilloso de sus vidas.
Le recordamos al Papa Juan Pablo II, cuyo cumpleaños en el cielo es el 18 de mayo, que nos ha honrado con su presencia en momentos difíciles para el Paraguay, pero que ha unido a toda la comunidad nacional. Ha sido puente de reconciliación. Por su intercesión pedimos que todavía siga bendiciéndonos, bendiciendo nuestra Diócesis, y que nos ayude a caminar siempre por el camino de la santidad. La lluvia caída en ese entonces ha sido siempre interpretada como bonanza del cielo para la República del Paraguay y el regalo de la santidad.

El papa San Juan Pablo II, fue siempre muy devoto del San Juan Nepomuceno, a quien admiraba profundamente. San Juan Nepomuceno nació alrededor del año 1350, (hace 674 años), nació en Chequia en un pueblo llamado Nepomuk, su nombre significa, Dios es Misericordioso.

En una carta que el Papa Juan Pablo II en 1979, escribió al Obispo de Praga en ocasión del 250 aniversario de canonización de San Juan Nepomuceno decía:
Si ahora queremos considerar brevemente la noble figura del Santo, la historia nos lo presenta primero como dedicado al estudio y a la preparación al sacerdocio: consciente como era de que, según la expresión de San Pablo, habría de ser transformado en otro Cristo, él transformó su alma en templo puro del Espíritu. Con igual piedad fue párroco de San Gallo, en la ciudad de Praga; luego canónigo; después vicario general. En este ministerio, que le hacía de algún modo corresponsable del gobierno de su Iglesia, encontró su martirio y a la vez su gloria. Y porque él defendió más que otros los derechos y la legítima libertad de la Iglesia, frente a los caprichos del Rey Wenceslao IV, se atrajo más que otros la ira del monarca. Este participó personalmente en su tortura, que le causó la muerte: después lo hizo arrojar desde el puente al río Moldava. Así sus aguas fueron santificadas por el cuerpo y la sangre del mártir y se convirtieron en su primer sepulcro. Esto ocurrió la noche del 20 de marzo de 1393 (631 años) La luz de aquella noche se difundió por todo el mundo, y aún permanece vivísima.

Algún decenio después de la muerte del hombre de Dios, se difundió la voz de que el Rey lo había hecho matar por no haber querido violar el secreto de la confesión. Y así el mártir de la libertad eclesiástica fue venerado también como testigo del sigilo sacramental.

Por lo demás, el examen de sus reliquias hecho por una comisión de expertos en los años 1971-1973, confirmó las torturas sufridas por Juan Nepomuceno, cuyos vestigios permanecen aún como sello en sus huesos, custodiados en Praga como cosa santa y venerable. Las grandes virtudes virtudes de vuestro santo Patrono, son para para admirarle, como para imitarle.

Y lo primero de todo, su fe, viva como llama ardiente. El cristiano sabe por fe que la actividad de cada día es hostia agradable al Señor, cuando va acompañada de pureza de intención, de caridad y de propia entrega.

La fe viva, pues, nos llevará siempre a servir a nuestros hermanos, tal como dice el Señor Jesús en la descripción del juicio universal (cf. Mt 25, 31 as.).

De este modo se demostrará que la fe no sólo nutre las virtudes en el corazón del individuo, sino que también contribuye notablemente a la edificación de la sociedad, inspirando a los creyentes honestidad, fidelidad, sinceridad. lealtad, amor por la familia y sentido de justicia. (2Cor. 4,7) Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros. Apretados en todo, más no aplastados; apurados, más no desesperados; perseguidos, más no abandonados; derribados, más no aniquilados.

El modelo y ejemplo de todos los modelos para caminar en santidad es Jesús; pero también los santos son modelos nuestros, habiendo amado a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismos. El buen pastor conoce a sus ovejas, sus exigencias, sus necesidades. Les ayuda a desenredarse del pecado, a vencer los obstáculos y las dificultades que encuentran. A diferencia del mercenario, él va en busca de ellas, les ayuda a llevar su peso y sabe animarlas siempre. Cura sus heridas con la gracia, sobre todo a través del sacramento de la reconciliación. No piensa en sí mismo, sino sólo en la salvación de las almas, sabiendo que incluso las palabras más bellas son ineficaces si no están fundadas sobre el testimonio de la vida (cf. Lumen gentium, 29). En la canonización de San Roque GSC el papa decía: El corazón incorrupto del padre Roque González de Santa Cruz constituye una imagen elocuente del amor cristiano, capaz de superar todos los límites humanos, hasta los de la muerte.

20 de noviembre de 1797 (hace 227 años): en estas tierras de Caazapá, el Gobernador (Lázaro de Rivera) bautizó a este poblado, con el nombre: San Juan Nepomuceno. Patronazgo que debe caracterizar y caracteriza la espiritualidad de sus pobladores.

A ejemplo de nuestro Santo Patrono, queremos asumir el compromiso de estas fiesta patronal, honrando el legado de santidad que nos ha dejado, que no se desgasta con el tiempo. Pedimos al Espíritu Santo que nuestro hablar sea para edificar y no destruir, que sea para valorar y no difamar, que seamos prudentes y custodios de la dignidad de las personas, no traicionar la verdad por monedas de cambio o conveniencias y extorsiones, que seamos prudentes y respetuosos de la vida de los hermanos, no juzgar ni guardar rencores por el mal recibido, devolver siempre el bien por el mal recibido, saber siempre perdonar y hacer del bien a aquellos que hacen el mal.

San Juan Nepomuceno además de ser protector contra las calumnias, debido a la forma de su muerte (ahogado en el río por ser calumniado), también se le considera protector frente a las inundaciones y protector de los puentes de donde fue precipitado al río para hundirle.

Necesitamos, por su intercesión, construir puentes de hermandad, de diálogo, de fraternidad, de frente a la inundaciones de chismes, de difamaciones, en los caudalosos ríos de los radio so’ó, o de las redes sociales, y chats (enviar mensajes) o que se mal utilizan para los troll (instigar con mentiras) y bulo, tirando piedras y escondiendo las manos, mentiras que se hacen correr para ahogar a las personas en las intolerancias, o porque no piensan como nosotros, o porque no comulgan con nuestros proyectos o ideas.

(Mt. 10,17-22) Jesús les dijo: ¡Cuidense de los hombres! Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará. Le pedimos al Señor la firmeza de la fe, en oración constante unos por otros. Sabiendo que todo lo que pedimos en su nombre El nos concederá. Pedimos por intercesión de nuestro Santo Patrono San Juan Nepomuceno y San Roque de Santa Cruz y compañeros mártires. Rueguen por nosotros.

Adalberto Card. Martínez Flores, Arzobispo de Asuncion

San Juan Nepomuceno-Caazapá, 16 de mayo de 2024