Te invitamos a compartir mañana viernes 14 de agosto, a las 18 horas, en la Catedral Metropolitana, la Celebración Eucarística presidida por el Arzobispo Metropolitano, Mons. Edmundo Valenzuela; donde recibirá el Orden Sagrado en el Grado de Sacerdote: Héctor Fabián Fariña Garcilazo.
Recordamos que será un momento de mucha gracia dado que es el octavo día de Nuestra Señora de la Asunción, Patrona del Paraguay.
Aquí compartimos con todos un poco del camino andado por Héctor
Mi historia inicia con mi abuela María Lidia Galeano (conocida como Lili); ella nació en Puerto Guaraní, Dpto. de Alto Paraguay que corresponde eclesialmente al Vicariato Apostólico del Chaco Paraguayo, confiado a la congregación salesiana. Durante su niñez, mi madre vivió un breve tiempo en Fuerte Olimpo (Capital departamental del Alto Paraguay) donde conoció a Mons. Alejo Obelar SDB, celoso pastor y ardiente misionero, quien finalmente casó a mis padre el 3 de junio de 1982, en la Parroquia Virgen del Rosario del Barrio Sajonia de Asunción.
Mi nombre es Héctor Fabián Fariña Garcilazo. Soy salesiano diácono. Nací el 27 de setiembre de 1983, en Asunción, la capital de la República del Paraguay. Soy el primer hijo de Héctor Atilio y María Carmen.
En setiembre del año 1984 fui bautizado en la Parroquia Cristo Rey, confiada a los jesuitas. En esa Parroquia se conserva el Corazón del Santo Mártir y Misionero Roque González de Santa Cruz, que recientemente ha recibido la visita del Papa Francisco.
Soy exalumno del Colegio Salesiano Monseñor Lasagna. El P. Edmundo Candia nos preparó para la primera comunión, que se celebró el 24 de mayo de 1993 en la Parroquia María Auxiliadora de Asunción. Durante el tiempo del Colegio Salesiano, participé en las propuestas asociativas de los grupos Amigos Domingo Savio (en el ciclo básico) y Renacer Salesiano (en el ciclo bachillerato). En el año 2000 realicé mi Confirmación en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, fue un momento muy lindo de mi vida.
Una experiencia muy fuerte fue la preparación para el gran jubileo del año 2000, que incluyó la peregrinación a Roma para la Jornada Mundial de Juventud, con San Juan Pablo II, la visita a Asís y a Turín,lugares santos franciscano y salesiano, respectivamente.
La propuesta del grupo asociativo “Renacer Salesiano” durante el ciclo bachillerato fue muy variada e intensa. Reuniones semanales, apostolado y misión, campamentos y retiros en los lugares más hermosos del departamento del Guairá. En ese tiempo, y a iniciativa de los integrantes, se inició un grupo formado por estudiantes, docentes, padres de familia y salesianos, que de lunes a viernes rezaban las vísperas a la salida del Colegio.
Fui animador en el Movimiento Juvenil Salesiano. El ambiente del colegio salesiano, rico en propuestas y en espiritualidad,me ha cautivado y despertó en mí la inquietud de seguir a Jesús en la vida consagrada salesiana. Sobre todo, el testimonio y acompañamiento personal de grandes salesianos, abnegados y misioneros, han hecho que pudiera conocer a Jesús y perseverar en la amistad con el Señor.
Como exalumno, seguí vinculado al colegio salesiano, a través de la pastoral, acompañando los grupos ADS y ALV, organizando los campamentos, y como asistente en los retiros. Durante dos años estudie economía en la Universidad Nacional de Asunción. En el año 2004 ingresé al aspirantado salesiano en Ypacarai. Durante el año 2006 realicé el noviciado en la Parroquia Domingo Savio de Fernando de la Mora, donde el 30 de enero de 2007 celebré la primera profesión religiosa como salesiano aspirante al sacerdocio.
Una experiencia muy positiva fue la etapa del tirocinio (2010 -2011) en el Hogar Don Bosco Roga(Institución de la Inspectoría de Paraguay en favor de los muchachos de la calle). La intensa vida comunitaria me permitió hacer carne lo que dicen las constituciones salesianas: “Vivir y trabajar juntos es para los salesianos una exigencia fundamental y un camino seguro para realizar nuestra vocación”.
“Con los ojos fijos en Jesús, autor y consumador de nuestra fe” (Hb 12,2) fue el lema que he elegido para la profesión perpetua, realizada el 31 de enero de 2013, elAño de la Fe, declarado por Benedicto XVI.
Quiero destacar dos gestos del Papa Emérito que me han ayudado en mi proceso personal. En primer lugar, el año paulino y la conferencia de Aparecida, que nos vuelven a recordar la naturaleza esencialmente misionera de la Iglesia; y el año consagrado a la oración por la santidad de los sacerdotes.
Volver a participar en una JMJ, la de Rio de Janeiro, en el 2013, ha avivado en mí el fervor misionero, y es por eso que he elegido como lema para la ordenación diaconal (celebrada en Montevideo el 1 de noviembre de 2014) otra frase tomada de la carta a los hebreos: “Anunciaré tu nombre a mis hermanos” (Hb 2,12).
Mañana 14 de agosto en la vigilia de la solemnidad de la Asunción de María y cercano al bicentenario del nacimiento de san Juan Bosco seré ordenado sacerdote por imposición de manos y oración consecratoria de otro obispo salesiano y misionero, Mons. Edmundo Valenzuela Arzobispo de la Santísima Asunción. El lema elegido es: “Jesucristo ayer, hoy y siempre” (Hb 13,8) Cuento con sus oraciones.
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