Cada 24 de septiembre se recuerda la festividad de la Virgen de la Merced que significa “misericordia” y es patrona de los cautivos. En este contexto Monseñor Edmundo Valenzuela, Arzobispo Metropolitano llegó una vez más hasta Penitenciaría Nacional de Tacumbú para acompañar a los reclusos y presidir la Santa Misa en este día especial, en la Parroquia Personal que lleva por nombre justamente “Nuestra Señora de la Merced” y se encuentra dentro de la penitenciaría.

Durante la misa el Arzobispo administró el Sacramento de la Confirmación a unos 20 internos, quienes fueron acompañados por la Pastoral Carcelaria de la Arquidiócesis, bajo la coordinación del Presbítero Luis Arias.

Durante la homilía Monseñor Edmundo, recordó la historia de la Virgen de la Merced, así mismo explicó que María es la madre de todos aquellos hijos suyos que sufren.

Pidió al Ministro de Justicia, Julio Javier Ríos, quien estaba presente, seguir con los proyectos ya iniciados, mejorar la penitenciaría para brindar una calidad de vida más digna y humanizada a todos los que se encuentran dentro.

Motivó a los presentes a pedir dos cosas a la Virgen: “en primer lugar, que cada uno de reclusos encuentren personas que se acerquen y les ayuden a vivir la libertad interior, no hay cosa mayor que decir a Dios, yo puedo elegir el bien, yo hice el mal, cometí un crimen, pero me arrepiento y libremente quiero reparar mi pasado haciendo el bien, ayudando a mis hermanos, solidarizándome con todos los que me rodean. Esa es la libertad interior, busquen sanarse a través del sacramento de la reconciliación. Y en segundo lugar, pedir por los procesos judiciales, para tener mayor celeridad. Para María Santísima y Dios nada es imposible. No están solos” concluyó.