Agradecen a las víctimas presentes por su paciencia y entrega, y reclaman apertura y decisión a autoridades eclesiales.

“La Iglesia católica y los abusos sexuales a menores tomando conciencia del pasado con perspectivas para un futuro mejor”, fue el tema de inicio de este martes en la segunda jornada del II Congreso del Centro de Protección a Menores, Ceprome Latinoamérica

Al empezar su exposición, el Dr. Hans Zollner, sacerdote jesuita, teólogo y psicólogo, profesor de la Universidad Gregoriana, recordó al santo paraguayo San Roque González, con la mirada a su antepasado, compañeros jesuitas, aquellos que crearon las misiones jesuíticas. “Imagino cuánto coraje, determinación, y confianza en Dios necesitó San Roque y sus compañeros en el 1609 y después, para construir una nueva forma de ser Iglesia frente a la oposición política, militar y también eclesiástica”. Y que pensó en esas personas que con sus talentos y diferencias enfrentaban ese contexto.

Zollner dice que para comprender mejor “necesitamos la voz de aquellos que han sido heridos en su dignidad y que no experimentan la atención y misericordia que con razón esperan de la Iglesia”.

Y para graficarlo compartió una foto del encuentro que mantuvieron con una sobreviviente de Canadá quien le pidió entreguen un cuadro suyo al Papa. Lo hizo en una reunión de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores en el 2015, con el cardenal Séan P. O’Malley.

Detalla lo que le explicó esta persona: que pintó la imagen de Jesús con los ojos cerrados y llorando “Por las heridas de las personas víctimas de abuso dentro de la Iglesia y la poca atención que reciben de las autoridades de la Iglesia y de todo el pueblo de Dios. Jesús está crucificado en el árbol de la vida, hay hojas, no está muerto, y también una paloma del Espíritu Santo. Hay vida”. El sacerdote jesuita reflexiona que esta persona quiso decir con ello que hay esperanza y eso quiso transmitir al Papa; “Las víctimas de abuso quieren ver una actitud de empatía, cercanía, estar abiertos con los corazones y no solo con los ojos y las orejas, esa es la Iglesia que tendríamos que ser”.

Y al concluir agradeció en especial a las víctimas de abuso presentes en este II Congreso del Centro de Protección de Menores, Ceprome Latinoamérica, “por su paciencia y entrega, y a quienes tienen responsabilidad mayor en la Iglesia con paciencia y espero también, con apertura y decisión. Que San Roque González y sus Compañeros rueguen por nosotros, que nuestro Señor nos conceda coraje, determinación y confianza en Dios”.

Luego, el Cardenal O’Malley expuso sobre la labor de la Pontificia Comisión para la protección de los menores. Recordó al Papa Francisco, quien dijo que “el abuso sexual por parte de cualquier persona en la Iglesia siempre que haya ocurrido, es un peligro claro y presente para el bienestar del pueblo de Dios.  Y su mal manejo continuará degradando el evangelio del Señor a los ojos de muchos”.

Afirma que el Papa Francisco ha pedido repetidamente que nos pongamos al servicio de los más vulnerables, ser un hospital de campaña que llegue a los marginados, rotos, excluidos. Y puedo decir que los sobrevivientes, se encuentran entre los más marginados, sufridos y quebrantados de nuestras comunidades. Ellos necesitan y merecen nuestro ministerio”.

Esta fue la motivación del Santo Padre para crear la Pontificia Comisión de Protección de Menores. Quiere que ella sea una presencia concreta, efectiva, eficaz junto a las autoridades de las iglesias locales que tienen la responsabilidad de este ministerio o servicio. Para abordar los abusos, para prevenir, acompañar y ayudar a los que fueron afectados por el abuso en su búsqueda de justicia”.

O´Malley pidió “mayor cuidado, los unos con los otros, porque es una cuestión de vida o muerte” y prestar más atención a los que sufren, a los que han sido abusados. Porque “esto no es opcional, es una obligación”.

Después el sacerdote Andrew Small, secretario de la Pontificia Comisión para la protección de los menores se preguntó luego, ¿y entonces qué hacemos? ¿Cómo podemos implementar, responder a esta problemática? Recordando que no depende de las personas, más bien de los procedimientos y reglas claras. Porque de lo contrario todo se resuelve con los juicios individuales de las personas.

Small compartió la experiencia de la Comisión que es trabajar directamente con víctimas de abusos, promover la formación en prevención de abusos a los líderes de la Iglesia Católica, y el desarrollo de políticas y líneas guía en materia de prevención de abusos. Y recordó los requisitos que presentó el Santo Padre: cualquiera que disminuya o minimice el peligro actual deshonra a aquellos que han sufrido tanto y engañan a quienes dicen servir”.

El Secretario de la Pontificia Comisión consideró esto como un mensaje muy fuerte del Papa a toda la estructura de la iglesia. Por ello afirma que es un ministerio obligatorio. Y la falta de respuestas, es una omisión, y “somos responsables por esa omisión”.

Más tarde, la doctora Patricia Espinosa, Teóloga, Médica Cirujana, con especialidad en psiquiatría y psicoterapia y Miembro del Consejo Latinoamericano del Ceprome y del Consejo Nacional de Protección de Menores de la Conferencia del Episcopado Mexicano, explicó el llamado Programa Memorare. Compartió que su “origen está en el amor al prójimo, que solo se justifica si hay servicio. Sin una articulación entre justicia y misericordia, afectividad y efectividad nos estamos equivocando”.

La misión de Memorare es proteger a menores y personas vulnerables dentro y fuera de la Iglesia, enfoque en Iglesia local, formar permanentemente en protección a personas menores y vulnerables, desarrollar códigos de conducta y responder adecuada y oportunamente a denuncias de abuso.

El II Congreso del Ceprome Latinoamérica cierra su jornada este jueves con varias exposiciones en torno a la Comunicación, la Iglesia, los casos de abuso y el derecho a saber.