El día de ayer, en el Seminario Metropolitano de Asunción, se llevó a cabo un conversatorio titulado “Pobreza Persistente”, un espacio de diálogo presidido por el Cardenal Adalberto Martínez Flores, Arzobispo de Asunción, con la participación de destacados representantes.

El evento contó con la presencia del Nuncio Apostólico, Monseñor Vincenzo Turturro, el Pbro. Cristino Bohnert, y un nutrido grupo de especialistas y líderes en cooperación internacional.

El conversatorio abordó los desafíos y oportunidades en torno a la reducción de la pobreza en Paraguay, destacando la importancia de un desarrollo inclusivo, sostenible y justo. Se analizaron temas clave como las brechas en educación, salud, empleo de calidad y las desigualdades persistentes en las zonas urbanas y rurales.

El Cardenal  mencionó que “la Iglesia no puede ni debe emprender por cuenta propia la tarea, específicamente política, de realizar la sociedad más justa posible. No puede ni debe sustituir al Estado. Pero tampoco puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia y contra la corrupción”.

Continuó diciendo que  “Estos fundamentos de la Doctrina Social de la Iglesia nos han motivado a instalar en la Arquidiócesis de Asunción la Academia de Líderes Católicos, que cierra con este acto sus actividades del año 2024 y es la que organiza este conversatorio, en alianza y con el valioso apoyo de miembros del Equipo de intelectuales, académicos, y otros relevantes actores del ámbito económico y social, que colaboran con nuestra misión pastoral con la reflexión y el asesoramiento oportuno para un mejor servicio a la promoción humana integral”.

Durante el encuentro el Dr. Dionisio Borda ofreció un análisis sobre la situación de la pobreza en el país. Durante la última década (2013-2022), la pobreza disminuyó solo 3,4 puntos porcentuales, y en 2023, afectó al 22,7% de la población, es decir, a 1.330.000 personas. Se destacó un estancamiento tanto en la pobreza monetaria como en la pobreza multidimensional. La pobreza monetaria se refiere a los ingresos bajos (USD 110/mes en áreas urbanas y USD 45/mes en áreas rurales), mientras que la pobreza multidimensional involucra carencias en cuatro áreas: trabajo y seguridad social, vivienda y servicios, salud y ambiente, y educación, afectando al 17,2% de la población, es decir, a 1.000.000 de personas.

Además, se mencionó una categoría especial de pobreza: aquellos que son pobres tanto en términos monetarios como multidimensionales, alcanzando el 9,25% de la población (543.000 personas). A pesar de un crecimiento económico promedio del 3,3% del PIB en la última década (inferior al 4,5% de la década anterior), la pobreza no disminuyó significativamente, lo que sugiere un estancamiento en la reducción de la pobreza.

Borda también destacó el grupo vulnerable, aquellos con ingresos superiores a USD 110/mes, que pueden caer nuevamente en pobreza tras cualquier evento adverso. Este segmento representó aproximadamente el 30% de la población en 2023. En total, la pobreza monetaria (22,7%) más la población vulnerable (30%) alcanza el 52,7% de la población.

Señaló que el “propósito es priorizar y apoyar las políticas públicas de mayor impacto social para un desarrollo económico con mayor crecimiento, mas inclusivo, sustentable y más justo”. Finalmente, invitó a los representantes de organismos de cooperación a compartir sus propuestas sobre la pobreza persistente, con el objetivo de continuar el diálogo y generar acciones efectivas.