Ante los últimos acontecimientos sucedidos en el norte del país, en el enfrentamiento entre el EPP y las Fuerzas de Tarea Conjunta, manifestamos nuestro total desacuerdo con la despreciable utilización de niños para acciones delictivas.

También nuestro pesar y desacuerdo por dos niñas inocentes usadas como carne de cañón, cuyos nombres e identidad, por ser menores no se deberían haber publicado. También nos preguntamos: ¿Qué informaciones previas dispusieron las FTC para cumplir dicha tarea militar y cuáles fueron sus resultados?

Igualmente, desde el Evangelio de Jesucristo, cuyo principal mandamiento es del Amor a Dios y al prójimo, expresamos que toda violencia acarrea mayores actos de violencia.

La agresión al Oratorio de la Virgen de la Asunción y Panteón Nacional de los Héroes, así como la quema de la insignia patria, son manifestaciones de odio y ofensa a la Nación y a Dios. Éste no es el camino de construir fraternidad ni paz en el país.

Pedimos que estos grupos violentos y quienes los apoyan, recapaciten en sus actitudes. Hacemos un llamado a la paz y al diálogo como único camino para encontrar las soluciones a los distintos problemas que enfrenta nuestra Nación.

Nuestras oraciones a Nuestro Padre Dios de misericordia, en condolencia con las familias enlutadas, y por la conversión al respeto, al sentido humano, a la verdad y a la justicia de todo grupo violento y destructivo.
Juntos construyamos el bien común nacional y la dignidad de cada persona.