Evangelio de hoy
LUNES DE LA SEMANA 28° DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO
Evangelio según San Lucas 11, 29-32
“A esta generación no le será dado otro signo que el de Jonás“
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: “Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay Alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay Alguien que es más que Jonás”. Palabra del Señor.
Meditación
Vocación: buscar, seguir, reencontrar. La multitud que se apretuja en torno a Jesús, muestra de forma evidente su espectativa, interés, y seguimiento. Nos imaginamos los encuentros públicos en fiestas de guardar, patronales, y por intenciones concretas. ¿Qué motivación personal nos mueve a buscarlo? Según S. Agustín, “la generación suprema y eterna” según la cual es el Hijo unigénito de Dios, anterior a toda criatura, porque todo fue hecho por él, es tan inefable que se entiende que a ella se refería el profeta al decir: Quién narrará su generación? (Is 53,8)”. Una vez que lo hemos encontrado, le seguimos.
¿Acaso Dios nos llama y después nos descarta?. Mateo nos narra “la generación humana de Cristo” citando sus progenitores a los que hace llegar hasta José, el esposo de María, de quien nació Jesús. (Pero) no era conveniente que pensase en separarlo del matrimonio de María por el hecho de que no nació del concúbito de ésta con él (José), sino que dio a luz a Cristo siendo virgen” (Agustín, La concordancia de los evangelistas). La humanidad de Jesús es, pues, nuestra referencia vocacional, para discernir el seguimiento y la evangelización.
Muchos son los llamados pero pocos los elegidos. San Jerónimo alude “pocos elegidos” a quienes, después de haber sido llamados, invitados, dejan que la caridad que se enfríe. Mientras que San Pedro: “Por lo cual, hermanos, procuren más de confirmar su vocación y elección. Si obran así no decaerán” (1, 10. 5-8).
Tu, Señor, me sacaste vivo de la fosa!
Invoqué al Señor en mi desgracia y me escuchó;
desde lo hondo del Abismo pedí auxilio
y escuchaste mi llamada.
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