Evangelio de hoy

 MARTES DE LA 2° SEMANA DE ADVIENTO

Evangelio según San Mateo 18, 12-14

“El Padre de ustedes, que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo”

Jesús dijo a sus discípulos: ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre de ustedes, que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. Palabra del Señor.

Meditación

     La vida como canto de esperanza. El pueblo de Dios canta, salmo 96, y se abre a un horizonte universal, ante Dios que viene a instaurar su reino de justicia. Los ídolos inertes no triunfarán. San Agustín se dirige al pueblo para actualizar la Palabra de Dios: “Habla de la construcción de la casa. Pero entiendan todas las piedras de esta casa lo que han cantado. Ahora no se edifica la casa en el lugar donde la edificó Salomón. Puesto que el salmo dice: Canten al Señor un cántico nuevo. Se edifica cuando canta; pues cantar es edificar, no la codicia que canta el cántico viejo; el amor de Dios, el nuevo”.

    Cuando se edificaba la casa, después de la cautividad. ¿Acaso se menciona una cosa en el título y otra cosa después? Al contrario, dicen lo mismo: “tu corazón no deja de cantar el cántico nuevo, que llega a los oídos de Dios, el que te hizo hombre nuevo. Un nuevo mandamiento les doy: que se amen unos a otros. Luego toda la tierra canta el cántico nuevo; en ella se edifica la casa. Luego toda la tierra es la casa de Dios; el que no se adhiere a ella es escombro, no casa; escombros viejos, … porque en él se llevó a cabo la demolición de lo viejo, para ser edificado lo nuevo. La piedra es Cristo; y también dice el Apóstol: cuantos en Cristo fueron bautizados, de Cristo se han revestido.

       En aquel tiempo amenazaba el cisma. “El que impone bautismo sobre bautismo. Pero no teman: No quedará piedra que no sea demolida. Las piedras empleadas para la nueva casa que se edifica después de la cautividad, de tal modo se unen y en tal modo reduce a unidad la caridad. No se asombren; esto lo hizo el cántico nuevo; es decir, esta innovación se debió a la caridad” (ver, Ef 4, 2-3). No se pierdan las piedras, renovémonos, para edificar la casa.

¡Aquí está nuestro Dios que llega con poder!

Canten al Señor, un cántico nuevo,

cante al Señor, toda la tierra;

canten al Señor, bendigan su nombre,

proclamen día tras día su victoria.

Delante del Señor, que ya llega,

ya llega a regir la tierra:

regirá el orbe con justicia

y los pueblos con fidelidad.