Celebramos el Día de San Bernardo , un abad benedictino francés del siglo XII que se destacó por su sabiduría, su fe y su influencia en la Iglesia Católica.

San Bernardo fue un gran defensor de la fe católica y se opuso a las herejías de su tiempo. También fue un promotor de la…

Celebramos el Día de San Juan Eudes, sacerdote francés del siglo XVII que se ha dedicado a la formación de sacerdotes y a la promoción de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón Inmaculado de María.

San Juan Eudes nació en Normandía, Francia, en 1601. Fue ordenado…

Mientras caminamos, especialmente cuando llegan las nubes y el camino se vuelve incierto y difícil, levantemos la mirada, miremos a ella, nuestra Madre, y recuperaremos la esperanza que no defrauda (cf. Rom 5,5).

Celebramos el Día de la Virgen de la Asunción, mariscala del Paraguay y patrona de la ciudad de Asunción. Recordamos la Asunción de la Virgen María al cielo.

La Virgen de la Asunción es muy importante en la cultura y la religión de nuestro País , su celebración se remonta al…

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Evangelio de hoy, lunes 26 de mayo de 2025
Destacada, El Evangelio de Hoy

Evangelio de hoy, lunes 26 de mayo de 2025 

Evangelio de hoy

LUNES DE LA SEXTA SEMANA DE PASCUA

Evangelio según San Juan 15, 26—16, 4

 “El Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí”

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio. Les he dicho esto para que no se escandalicen. Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios. Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho. No les dije estas cosas desde el principio, porque yo estaba con ustedes”. Palabra del Señor.

Meditación

En el texto de hoy se pone como objetivo final al mismo Dios Padre. Por lo tanto, nuestro destino final no es un lugar, sino la Persona del Padre y en Él, la Santísima Trinidad. Pero atención: cuando somos bautizados, ya hemos recibido al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ya hemos estado con el Padre y Él con nosotros, por eso, nuestra condición filial (de ser hijos en el Hijo Jesús por el Bautismo) es lo más grande que nos pudo pasar en la vida. Pues estamos llamados a participar de la naturaleza divina y lo logramos ya desde que hemos sido bautizados y vivimos agraciados (llenos de la Gracia de Dios) perseverando hasta ese encuentro definitivo con Él que acontecerá cuando Dios lo decida.

El término “Paráclito”, viene del griego, que etimológicamente significa “aquel que es invocado” o “alguien llamado para que esté junto a uno y lo ayude o defienda”, de aquí que se pueda traducir como “consolador”, “ayudante”, “consejero” o “intercesor”. En el campo legal significa “abogado” o “defensor”. ¿Por qué Jesús habla del “otro Paráclito”? Porque Él ha sido el primer Paráclito para los suyos en su vida terrena. El otro Paráclito (el Espíritu Santo) lo sustituirá y podrá prolongar su obra a favor de los discípulos, siendo una persona distinta a la del Padre y a la del Hijo.

Si el discípulo predica la Muerte de Cristo, y él está destinado a ser parte de lo que anuncia, ¿puede esperar otra cosa a la persecución, odio, calumnias y crucifixión y muerte que pasó su Maestro? No. Pasará por lo mismo que pasó su Maestro y Señor. Pero si parte de nuestro destino es la persecución, el odio y la muerte, no nos debe llevar a la angustia y desesperación, porque no es nuestro destino final, sino que la Vida, Resurrección. Los primeros cristianos tenían tan claro este tema, que aun sabiendo que los iban a matar, inventando tantas cosas en contra suya, sabían que su destino principal será la patria celestial (cf. Filp 3,20-21).

Perdón Señor por las veces en que no nos dejamos amar por Ti y por las veces en que somos perezosos para servir a la humanidad necesitada de amor. Ayúdanos con tu Gracia a que tengamos plena confianza, lleguemos a ser valientes por la fuerza de tu Amor. Gracias por los testigos de tu Misericordia, quienes nos enseñan a perseverar en el servicio en medio de persecuciones y adversidades de nuestro tiempo. Amén.

    

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