Entrevistas
“Puedes tener mujer, marido, hijos, un buen
trabajo, pero si no te sientes perdonado… es morir”
A menos de un mes de la celebración del 50 aniversario de la llegada del Camino Neocatecumenal a Roma, la cual se hará con la presencia del Papa Francisco, el Semanario Encuentro ha entrevistado a César Ureña, responsable del Camino en Paraguay desde 1980.
César, ¿dónde nació y cuántos años tiene?
–Nací en Madrid, en el casco antiguo, muy cerca de la Catedral y de la Plaza Mayor. Este año he cumplido 65 años.
¿Es soltero?
–Sí, en realidad soy célibe, porque soltero es un estado civil, célibe es una opción de vida.
¿A qué se dedicaba antes de ser un evangelizador de tiempo completo?
–Estudiaba y a la vez trabajaba en una empresa de gestión.
¿En qué año conoció el Camino Neocatecumenal y en qué circunstancia?
–Conocí el Camino Neocatecumenal en 1970, era muy joven, tenía 17 años y estaba en un momento delicado de mi vida, viviendo en una España muy tensionada a todos los niveles, buscando respuestas al sufrimiento personal y social.
¿Qué puede decirnos sobre su relación con el pintor Kiko Argüello y la recientemente fallecida teóloga Carmen Hernández, compatriotas suyos, fundadores del Camino?
–Kiko y Carmen han sido mis catequistas durante todos estos años, a través de ellos Dios ha querido que el Anuncio de Kerigma, de la buena noticia, resonara en mi vida y que poco a poco, con una delicadeza extraordinaria por parte de Dios, ha ido cambiando mi vida hasta el día de hoy.
¿En qué año llegó a Paraguay y con qué misión?
–Llegué a Paraguay a mitad del año 1979. El primer equipo itinerante fuimos el P. Félix Iguacen (fallecido) Maribel Solano (fallecida) y yo, a petición del P. Joaquin Kluzka (SVD) (fallecido) y el P. Rodrigo Ruiz-Díaz (SJ) (fallecido) para iniciar en sus parroquias -San Juan Bautista-Verbo Divino y Cristo Rey- el proceso neocatecumenal.
¿Con qué Arzobispo inició el Camino en Paraguay, y en qué ciudades ha llevado adelante la evangelización?
–Con el Monseñor Ismael Rolón, y en las ciudades de Asunción, Encarnación, Concepción, San Ignacio, Santa Rosa (Misiones), S. Estanislao (Santaní), Ciudad Pdte. Stroessner (hoy Ciudad del Este), Pedro Juan Caballero…
¿Qué anécdotas recuerda de su llegada al país y de la evangelización en sus inicios?
–Anécdotas son muchas… horas y horas en la carretera, de día y en la noche, sentados sobre la funda de la guitarra esperando que pasara un autobús… Muchas veces no teníamos dinero para poder pagar el pasaje, hablábamos con los choferes y los guardas de los ómnibus y por caridad nos dejaban subir -de pie, a veces muchísimo rato- para poder ir de un lugar a otro a evangelizar… Muchas veces bajo la lluvia y con frío… Íbamos a dar las catequesis en algunas parroquias andando, cruzando campos que muchas veces estaban inundados, con agua hasta casi hasta las rodillas e incluso más… íbamos porque sabíamos que los hermanos también iban a ir a escuchar las catequesis, no cuestionábamos si había agua, frío, falta de locomoción…etc., simplemente íbamos, porque los hermanos iban y nos estaban esperando para poder recibir una palabra de parte del Señor que les ayudaba y consolaba.
¿Qué diferencias encuentra entre aquellos tiempos y ahora?
–Antes los hermanos que venían a las catequesis eran más cercanos, no había tecnología, (teléfonos, ordenadores…etc.) pocos automóviles, las casas habitualmente no se cerraban con llave… batías las palmas (era el timbre de aviso cuando se llegaba a una casa), la gente salía…, y nos sentábamos en el patio, en el cobertizo…, y hablamos sin prisas, se compartía mucho más, había tiempo para escuchar…
¿Qué puede decir del Camino y su aporte específico a la Iglesia Católica?
–El Camino Neocatecumenal ha aportado a la Iglesia el redescubrimiento de un nuevo catecumenado post bautismal -así ha sido aprobado- la naturaleza del camino neocatecumenal es definida por S.S. Juan Pablo II cuando escribe: «Reconozco el Camino Neocatecumenal como un itinerario de formación católica, válido para la sociedad y para los tiempos de hoy». (Juan Pablo II, epist. Ogniqualvolta, 30 agosto 1990: AAS 82 (1990) 1515).
¿Qué desafíos ve como urgentes para la evangelización en ambientes secularizados?
–Se habla, se presentan teorías… Me viene a la cabeza un párrafo de la exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi del Papa Pablo VI, donde observa que “el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros o si escucha a los maestros es porque son testigos” (n. 41).
Pero no se va a lo nuclear: ¿para qué vive el hombre y la mujer?… para ser amado. ¿Qué es lo que hace sufrir a todo hombre y mujer? El no poder amar. No poder realizarse en el amor. La esencia de Dios es el amor, Dios se realiza en el Amor al hombre.
Puedes tener mujer, marido, hijos, un buen trabajo bien remunerado, coche, casa…etc., pero si no te sientes amado, perdonado… es morir, cuando te sientes fracasado, enfermo, desasistido, corrupto… ¿Quién te querrá?… ¡Nadie! Dice San Pablo en la carta a los romanos: “… en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; más la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.” (Rom. 5.7-8). Cristo, que es de la misma sustancia que el Padre, nos ha amado cuando éramos nosotros pecadores, dando su vida por todos nosotros incondicionalmente y revistiéndonos de su naturaleza por medio de los dones y gracias del Espíritu Santo.
” Quiero ser recordado como uno que escuchó y escuchando, mostró el amor”
¿Qué virtudes le parecen las más importantes para crecer hacia la fe adulta?
–Sin lugar a dudas la humildad, que te lleva a escuchar, a aprender… para poder discernir en todos los momentos de la vida.
¿Qué obstáculos ve para quienes quieren madurar en la fe?
–Reconocer que la Vida no se la pueden dar a sí mismos y aceptar poco a poco las contrariedades y desafíos de todo tipo que nos presenta la vida, en una palabra: no se puede madurar y ser persona, adulto, sin aceptar el sufrimiento y la contradicción que cada día se nos presenta.
¿Qué hace en su tiempo libre? ¿Tiene algún hobbie?
–Difícilmente tengo tiempo libre, si tengo algo de tiempo hago trabajos manuales y leo.
¿Qué plato típico del Paraguay le gusta más?
–La sopa paraguaya… dependiendo de quien la haya hecho.
¿Qué libros recomendaría a los jóvenes?
–Hoy los jóvenes en general leen poquísimo. En muy pocas casas -y conozco bastantes- ves una pequeña o gran biblioteca, los jóvenes no leen porque los mayores en muchos casos no les han inculcado el “placer” del saber. Sin embargo, son muy mediáticos, por lo tanto les aconsejaría seguir, en la medida de sus posibilidades, el magisterio del Papa Francisco, en muchos casos dice y hace gestos muy sugerentes que ayudan a entender el anuncio del evangelio.
¿Tiene algún personaje que admira en particular? ¿Por qué?
–Admirar, admirar… sinceramente no, sí hay personajes que me ayudan a través de sus escritos y actos de vida.
¿Un santo de su devoción?
–Sinceramente, nunca me he detenido a pensar esto que me planteas, pero te diría que S. José.
¿Si no hubiera sido catequista del Camino, a qué cree que se hubiera dedicado?
–Sin lugar a dudas a la medicina.
¿Alguna vez ha dudado de su “sí” como evangelizador? ¿Cómo ha superado las crisis que necesariamente surgen en tantos años de evangelización?
–En todos estos años que llevo anunciando el evangelio, por supuesto he tenido muchas crisis, sufrimientos, “noches oscuras” y padecimientos de muchos tipos, ha habido momentos en que se me ha planteado la pregunta `¿pero tú, que haces aquí?`, solo… por no ser, no eres ni sacerdote… preguntas y preguntas a las que sólo puedes dar respuesta desde la experiencia del amor de Cristo en medio de la cruz de cada día.
¿Hace cuánto tiempo ha terminado el proceso neocatecumenal? ¿Sigue en contacto con su comunidad de origen?
–Hace 25 años. Sí, y cuando llego a Madrid me integro en mi comunidad, llevamos juntos 45 años, son mi familia junto con mis hermanos carnales.
¿Y su familia, apoya su estilo de vida?
–Al principio no lo entendieron, pero, poco a poco, fueron intuyéndolo, comprendiéndolo, y hace muchos años que me apoyan y ayudan incondicionalmente.
Ha ido a Tierra Santa y Roma varias veces con los hermanos paraguayos del Camino, ¿Qué acontecimientos y anécdotas recuerda para compartir?
–Cada vez que hemos ido, ha sido distinto. Han habido muchas anécdotas y cosas simpáticas en estos años, pero sería muy largo entrar en detalles. Puedo decir que nos hemos querido, y compartido y celebrado la fe.
También ha acompañado a numerosos jóvenes paraguayos en varios encuentros de la JMJ con los últimos Papas, ¿Qué impresión le han dejado estos encuentros?
–Que los hermanos jóvenes son estupendos, frescos como una mañana de invierno, con preguntas y actos tremendamente sugerentes, novedosos, ingenuos, profundos. Hemos podido compartir con ellos momentos muy serios y profundos, cuando han dado su experiencia de lo que estaban viviendo en esos momentos en sus vidas. Ha sido fenomenal.
Aunque cada vez se conoce y acepta más el Camino en las diócesis, todavía quedan algunos párrocos y obispos que no comprenden bien esta experiencia y este carisma. ¿Qué les diría a ellos?
–Que no tengan prejuicios. Sobre el Camino Neocatecumenal o cualquier otra experiencia de fe dentro de la Iglesia se han dicho y se dirán muchas cosas, a favor o en contra -es normal- pero si realmente quieren informarse de qué es el Camino, les ruego que contacten con los que realmente podemos informales.
Si alguien que no tiene fe o que la ha perdido está leyendo este artículo, ¿qué le diría sobre el cristianismo? ¿Por qué valdría le pena acercarse a la Iglesia católica?
–Aunque no lo sientas, no lo veas, no lo creas… Dios te ama tal cual eres, Jesucristo ha dado su vida por ti gratuitamente, para rescatarte del sufrimiento y del sin sentido y te quiere dar el Espíritu Santo que te capacite para una vida nueva.
Sin ánimo de ser fatalistas, si el Señor lo llamara hoy, ¿dónde quisiera que le “pillara”? ¿Cómo le gustaría ser recordado?
–Como lugar geográfico en Paraguay, junto a los hermanos con los cuales he compartido mi vida tantos años. Recordado…como uno que escuchó y escuchando, mostró el amor.