Hoy recordamos a los Santos Cirilo y Metodio, conocidos como los "Apóstoles de los eslavos", fueron dos hermanos de origen griego que desempeñaron un papel fundamental en la evangelización de los pueblos eslavos en el siglo IX. Nacieron en Tesalónica, Grecia, y son reconocidos…

“Pudo más quien más amó”
Escolástica, hermana gemela de San Benito, se consagró al Señor desde la infancia. Vivió a la sombra de su hermano, padre del monaquismo occidental, y fue la primera monja benedictina y fiel intérprete de su Regla monástica.

Nacida en Nursia (Italia) en…

En este día que se celebra la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de Personas me uno al mensaje del Papa Francisco expresando que "no podemos aceptar que tantas hermanas y hermanos sean explotados de manera tan deleznable. El comercio de cuerpos, la…

Santa Ángela Merici (nacida el 21 de marzo de 1474, Desenzano, República de Venecia [Italia]—fallecida el 27 de enero de 1540, Brescia; canonizada el 24 de mayo de 1807; festividad el 27 de enero) fue la fundadora de la orden de las Ursulinas, la orden religiosa de mujeres más…

Faltan 24 días para la Apertura de la #PuertaSanta en el #Vaticano con la que da inicio al #AñoSanto2025
Sigue junto a #VaticanNews y #RadioVaticana la Apertura de la Puerta Santa el 24 de diciembre a las 19.00 (hora local en Roma).
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Evangelio de hoy, lunes 24 de marzo de 2025
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Evangelio de hoy, lunes 24 de marzo de 2025 

Evangelio de hoy

LUNES DE LA III SEMANA DE CUARESMA

Evangelio según San Lucas 4, 24-30

 «Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra»

Cuando Jesús llegó a Nazaret, dijo a la multitud en la sinagoga: “Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán, el sirio”. Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino. Palabra del Señor.

Meditación

Así como Elías y Eliseo, profetas más antiguos e importantes de Israel, llevaron la buena noticia a extranjeros, Jesús manifiesta que la salvación está destinada a toda persona que la acepta y no sólo para los israelitas. La misericordia de Dios está ofrecida a toda persona que decida tenerle a Jesús en su vida y sea su Rey. Él también es rechazado por los suyos, así como todos los profetas. Su actitud invita a seguir siendo fieles a la misión que nos da Dios en la vida, aunque existan conflictos, adversidades y ataques de toda laya. No importa si los ataques provienen de cerca, de personas que comen en nuestra mesa, o de lejos, de personas desconocidas, o de situaciones que van más allá de nuestras fuerzas (ejemplo, Covid-19, o desequilibrios de la naturaleza, o algún otro tema injusto como la guerra), siempre nuestro sí al Señor debe ser lo primero. La historia se repite: Así como los profetas no fueron escuchados y han sido rechazados por los suyos, también ahora con Jesús, quien abre la hermosa posibilidad de que los gentiles (los paganos) pudieran recibir la Buena Noticia de su Amor.

Qué maravilloso para nosotros, seres de barro, con tantas limitaciones y debilidades, con “antecedentes no tan hermosos que digamos” delante de Dios, y saber que vino y viene por cada uno de nosotros trayéndonos la alegría de la salvación. Si somos discípulos del Señor, ¿estamos dispuestos a afrontar también el rechazo y desprecio por personas cercanas, por los nuestros? ¿Qué reacción tendríamos en tal situación? ¿Venganza, perdón, amor, odio, misericordia? Nuestra respuesta indicaría si estamos realmente en condiciones de ser discípulos misioneros de nuestro tiempo. A veces nuestra reacción es la desesperanza ante una situación que nos supera; San Pío de Pietrelcina decía: “Por muy altas que sean las olas, el Señor es más alto. Espera… la calma volverá”.

Perdón Señor porque muchas veces pudimos haberte rechazado, rechazando a un hermano necesitado, enfermo o aparentemente más pecador que nosotros. Ayúdanos a nunca desalentarnos cuando vienen las adversidades en la vida y a ser misericordiosos como Tú lo eres con nosotros y con todos. Gracias por mostrarnos el camino del amor y de la misericordia con tu vida al servicio de todos. Amén.

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