Evangelio de hoy

SEGUNDA SEMANA DE PASCUA

Evangelio según San  Juan 3, 16-21

“El que obra conforme a la verdad se acerca a la luz”

Dijo Jesús: Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no es condenado, el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios. Palabra del Señor.

Meditación

No hay buena noticia más esperanzadora y salvífica que sentirnos amados y redimidos, en ser justificados de manera gratuita. El Señor nos ha revelado en su palabra y con sus múltiples gestos de misericordia; por eso San Pablo exclamaba: “Me amó y se entregó por mí”. En esta alegría pascual la Iglesia quiere renovarnos de que somos hijos amados, perdonados y redimidos por la muerte y resurrección del Señor.

 

El amor de Cristo resucitado es como una luz que nos ilumina en nuestro caminar y nos da calor, con ese cirio encendido que representa a Cristo. También nosotros estamos llamados a iluminar con el testimonio creyente a tantos hermanos y ambientes tan necesitado de la presencia divina.

 

-Gracias, Señor por tu amor incansable y misericordioso.

-Gracias, Señor, porque hemos sido misericordiados.

-Haz, que testimoniemos tu amor redentor.