Evangelio de hoy

Jueves de la 5° Semana de Pascua

Evangelio según San Juan 15, 9-11

“Permaneced en mi amor, para que vuestro gozo sea perfecto”

A la hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto”. Palabra del Señor.

Meditación

La alegría del cristiano es el Señor, su amor redentor, su amistad incondicional y su permanencia constante. Solo Jesús conoce el amor infinito que le tiene el Padre y que tiene hacia nosotros. Es constante en el texto la unión perfecta entre el Hijo y el Padre, y que también espera que sus seguidores permanezcan unidos a él. El camino de esta permanencia es “si guardan mis mandamientos permanecerán en mi amor”. No existe otro medio para que Cristo haga fluir constantemente su gracia en nosotros.

La mejor manera de celebrar la alegría y el gozo de ser uno con Cristo es viviendo su mandato de amor, porque amor, obediencia y alegría van juntos. No hay peor ruina del hombre el no amar ni sentirse amado. Todo ocultamos cierta insatisfacción y vacío en el corazón, que solo puede ser saciado con el amor de Dios: “Nos creaste para ti, Señor, y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti” (San Agustín).

El laico es un hijo de Dios amado, perdonado y salvado para dar testimonio de ese amor infinito de Dios en sus diferentes ambientes construyendo un mundo más humano, cristiano y fraterno.

Te bendecimos, Padre porque Cristo nos ha amado hasta la muerte; haz que el amor sea perfecto y duradero.