Evangelio de hoy

TIEMPO DE NAVIDAD

Evangelio según San Marcos 1, 6b-11

“Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección

Juan Bautista predicaba, diciendo: “Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”. En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: “Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección”. Palabra del Señor.

Meditación

Nuestra madre común, nos ayude a la unidad del Espíritu Santo. En este año de la oración la oración del rosario y de los salmos, en torno a la Virgen María serán de gran ayuda para todos los hijos de Dios. La ley de la oración va unida a la ley de la fe (lex orandi, lex credendi); es decir, lo que ponemos con fe en la oración nos edifica en la unidad del Espíritu Santo. Así nos dirigimos al Padre, gracias a Cristo, en la unidad del Espíritu Santo.

     El Papa Francisco nos ayuda a “ver la diferencia y la diversidad como una riqueza, porque la uniformidad no deja crecer, la uniformidad impone. Sólo una cierta uniformidad disciplinaria es buena —puede serlo—, pero la uniformidad impuesta no cuenta. La falta de diversidad es una falta de riqueza, porque la diversidad nos obliga a aprender juntos unos de otros y a redescubrir con humildad el auténtico sentido y alcance de nuestra dignidad humana. No olvidemos que las diferencias estimulan la creatividad, «crean tensión, y en la resolución de la tensión consiste el progreso de la humanidad» (Enc. Fratelli tutti, 203), cuando las tensiones se resuelven en un plano superior, que no aniquila los polos en tensión, sino que los hace madurar.

     En este Año nuevo de gracia, ponemos en la oración al Señor, las intenciones del Papa Francisco y de Mons. Adalberto nuestro Cardenal, como así también los planes y proyectos de todas las gentes, las familias y los jóvenes.

 ¡Te den gracias, Señor, todos los pueblos de la tierra!

Dios mío, confía tu juicio al rey,

tu justicia al hijo de reyes,

para que rija a tu pueblo con justicia,

a tus humildes con rectitud.