Evangelio de hoy

Sábado de la 7° Semana de Pascua

Evangelio según San Juan 21, 19-25

“Este mismo discípulo ha escrito estas cosas, y su testimonio es verdadero”

Jesús resucitado había anunciado con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que te va a entregar?”. Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: “Señor, ¿y qué será de este?”. Jesús le respondió: “Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme”. Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: “Él no morirá”, sino: “Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?”. Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero. Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relatara detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían. Palabra del Señor. 

Meditación

Jesús predijo el martirio de Pedro; a los mártires se les tenía en sumo honor, cuando este evangelio se escribió. Morir mártir se consideraba como la manera más alta para rendir gloria y honor a Dios. La palabra mártir significa testigo, pues da testimonio inclusive derramando su sangre si fuere necesario. Hay tantos mártires en nuestra historia, personas que defendieron la fe dando testimonio de amor luchando por un mundo mejor. Hasta hoy día cuántos cristianos son perseguidos de distintas maneras en el mundo entero. Existe la persecución cruenta, como aconteció con los primeros cristianos, y sigue pasando en varias partes del mundo, donde los cristianos molestan por vivir los principios y valores evangélicos; pero también existe una persecución incruenta y sutil que, muchas veces, no es tan evidente para las opiniones mundanas.

¿Jesús dijo algo con relación al martirio en referencia al discípulo amado? Sí, dijo: “Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme”. Los primeros cristianos esperaban la segunda venida de Jesús (Parusía) de manera inminente; creían que, aunque muchos ya estuviesen muertos, algunos vivirían aun cuando regresase el Señor, como el discípulo amado. Tal regreso inmediato de Jesús no aconteció. El Evangelio según san Juan enseña la presencia y la actualidad de las realidades escatológicas: el juicio final y la vida eterna, ya se tienen lugar en nuestro aquí y ahora. Es gozar ya en nuestro presente del más allá, aunque ciertamente todavía de manera parcial, no plena, pero ya saboreamos ahora.

El discipulado es seguimiento al Maestro Jesús, para vivir en comunión con Él y con el Padre. Pedro de nuevo es invitado a ser discípulo (cf. Jn 21,19), que tiene como trasfondo el seguimiento del discípulo amado (cf. Jn 21,20-22). Lo que nos importa es que el testimonio del discípulo amado sigue vivo hasta nuestros días a través del Evangelio que pudo dejar escrito él y su comunidad.

Perdón Señor porque muchas veces nos cuesta testimoniar siendo fieles discípulos tuyos, viviendo en el mundo nuestra vida cristiana. Ayúdanos con el fuego de tu Espíritu para que seamos valientes y no temamos seguirte en medio de persecuciones de distintas layas, siendo luz en medio de las tinieblas. Gracias por hacernos llegar tu Palabra viva y escrita hasta nuestros días, en donde se recogen testimonios verdaderos de quienes vieron y oyeron los acontecimientos, que nos ayudan a creer en Ti. Amén.