Evangelio de hoy

Viernes de la 11ª Semana del Tiempo Durante el Año

Evangelio según San Mateo 6, 19-23

“Allí donde esté tu tesoro, estará tu corazón”

Jesús dijo a sus discípulos: “No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará iluminado. Pero si tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!”. Palabra del Señor.

Meditación

Dichosos los que cuidan la casa común. La casa común asentada en el monte Sion es una atractiva imagen que empeña todos los talentos, tesoros y compromisos de los que sueñan un mundo mejor y más humano.

“Allí donde está tu tesoro, también estará tu corazón” son palabras de Jesús que resonaban fuerte en san Antonio de Padua. Como Francisco, predicaba el amor a la pobreza, a la hermana pobreza. Se cuenta que un día falleció un hombre muy rico, que nunca quiso escucharlo. Lo invitaron para celebrar el funeral, con la intención que fuera espléndido, pero grande fue la sorpresa de los oyentes cuándo refiriéndose al evangelio, dijo que el avaro fue además usurero. Al notar el enojo de los familiares y amigos les dijo que fueran a abrir el cofre dónde encontrarían el corazón del difunto. Así lo hicieron y fue hallado el corazón. Llamaron a un cirujano para que abriera el cadáver y la operación lo encontró sin el corazón. Muchos quedaron admirados y otros tantos se convirtieron, buscando la manera de reparar los daños causados.

El evangelio no pretende una lucha sin sentido entre ricos y pobres, sino que, al caminar juntos, el testimonio evangélico contagie y promueva el desarrollo integral de las personas, familias y sociedad.

¡El señor ha elegido Sion, para vivir en ella!

Si tus hijos guardan mi alianza y los mandatos que les enseñó,

también sus hijos, por siempre, se sentarán sobre tu trono.