Evangelio de hoy

VIERNES DE LA SEMANA 12ª DEL TIEMPO ORDINARIO

SAN IRENEO, OB. Y MR.

Evangelio según San Mateo 8, 1-4

“Señor, si quieres, puedes purificarme”

Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud. Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: “Señor, si quieres, puedes purificarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”. Y al instante quedó purificado de su lepra. Jesús le dijo: “No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés para que les sirva de testimonio”. Palabra del Señor.

Meditación

Cada milagro de Jesús proclama que él es fuente de vida, de esperanza y liberación, especialmente para los que son marginados, excluidos y rechazados de la sociedad. Ser leproso no es ninguna vergüenza, sino lo peor es ser ignorado y olvidados. En la vida del leproso se aparece el Señor para sanarlo y transformar su cuerpo y su alma con la presencia divina.

La Iglesia está llamada a recorrer el camino de Jesús: “El hombre es el camino de la Iglesia”(Juan Pablo II); como decía nuestro Santo de hoy: “La gloria de Dios consiste en que el hombre viva”(San Ireneo). Desde nuestro bautismo nace un compromiso de cada uno de nosotros hacia los más necesitados.

-¿Cuál es nuestra actitud hacia los que sufren algunas adicciones o marginaciones sociales?

– Señor, fuerza liberadora y amor misericordioso del Padre, límpiame y hazme sensible con mis semejantes que me necesitan.