Confirmación
Catedral Metropolitana – 23 de agosto de 2025

 

El Cardenal exhorta a los jóvenes confirmados a correr la carrera de la fe con perseverancia

Durante la homilía dirigida a los jóvenes que recibieron el sacramento de la Confirmación, el Cardenal recordó que la unción con óleo está profundamente arraigada en la Sagrada Escritura y en la historia de Israel, donde profetas, sacerdotes y reyes eran consagrados mediante este signo.

El prelado comparó la fuerza espiritual del óleo de la Confirmación con la práctica de los atletas de la antigüedad, quienes se ungían antes de competir para fortalecerse. “De la misma manera, hoy, el óleo de la Confirmación fortalece el alma, haciéndolos capaces de correr la carrera de la fe con valentía y perseverancia, como verdaderos atletas de Cristo”, expresó.

Citó a san Pablo y a san Josemaría Escrivá para resaltar que la vida cristiana es semejante a una carrera de resistencia, que exige disciplina, entrenamiento y perseverancia. La recompensa, señaló, no es una copa terrenal, sino la corona de gloria que nunca se marchita.

Haciendo referencia a los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025, que culminan esta noche, destacó el ejemplo de los atletas que compiten con disciplina y sacrificio, recordando que, al igual que ellos representan a sus países, los cristianos representan a Cristo y a su Iglesia.

Asimismo, presentó como modelo de fe a la beata paraguaya María Felicia de Jesús Sacramentado, Chiquitunga, a quien definió como una auténtica “corredora de la fe”. Recordó que su beatificación en 2018, ante más de 45.000 personas, fue signo del testimonio luminoso de una joven que alcanzó la corona de la santidad.

Finalmente, el Cardenal subrayó que el Evangelio enseña que la verdadera grandeza se encuentra en el servicio. “En el deporte, todos luchan por llegar primeros; en el Reino de Dios, la grandeza está en hacerse últimos, para amar y servir como Jesús”, afirmó.