En la mañana de hoy, se llevo a cabo una emotiva Eucaristía de despedida al Pbro. Carlos Cecilio Alborno, más conocido como “Padre Lalo”.
La misma fue presidida por el Cardenal Adalberto Martínez Flores y concelebrada por sacerdotes de la Arquidiócesis.
Compartimos con ustedes la homilía completa:

Las lecturas que hemos escuchado, y que Dios Padre nos dice, El nos habla personalmente, aquí y ahora, a través de Su Palabra, nos abre y llena el corazón para inspirarnos para aspirar a crecer en la fe,  esperanza y  caridad. La virtudes teologales que nos ayudan a ordenar nuestras vidas según el querer De Dios sobre nosotros, según su Santísima Voluntad. Ordenar y dirigir nuestros pasos por el camino de santidad. Dirigir nuestro pasos por camino de la Paz, es Jesús Camino, Verdad y  Vida.

(Salmo 89) Al Señor le pedimos en humildad, que nos enseñe a calcular nuestros años para dejar entrar la sabiduría  en nuestros corazones, viviendo sus preceptos. A él rogamos que nos enseñe a saber administrar nuestra vida. Ser buenos administradores de la Gracia de la fe que nos ha regalado.

Los administradores negligentes, como las 5 jóvenes de la parábola, no han sabido administrar el aceite y la luz para entrar en la presencia de su Señor.  No han sabido dimensionar la posibilidad del banquete eterno, con el Divino Anfitrión, del Encuentro con Aquel que les podía llenar de plenitud, de alegría y sabiduría, llenar las lámparas vacías y apagadas de sus vidas. Si lo hubieran sabido o anhelado, hubieran invertido todos los medios a su alcance haciendo mejores cálculos, como justamente lo hicieron la jóvenes prudentes, que pudieron acceder, iluminadas a la presencia del Señor. Han sabido administrar el tiempo de la espera, para encontrarse con el Esperado. Las negligentes y descuidadas quedan fuera con las puertas cerradas, desconocidas, en la oscuridad.

“¡Señor, señor, ábrenos!” Pero él respondió: “En verdad les digo que no les conozco.” Velen, pues, porque no saben ni el día ni la hora. Hagan buenos cálculos de sus vidas. Velen y oren. No malgasten ni derrochen las oportunidades que el Señor les regala,  que nunca se les apague la sed de Amor, la sed de Dios.  (Ap. 21,1) Al que tenga sed, yo le daré del manantial del agua de la vida gratis. Esta será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él, y él será hijo para mi. Su amor es eterno, gratuito e incondicional. El manantial,  es el Amor que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado. Es Jesús mismo.

(Sabiduría 4,7) La ancianidad venerable no es la de los muchos días ni se mide por el número de años; la verdadera canicie para el hombre es la prudencia, y la edad en sabiduría proyecta una vida inmaculada.

Esta mañana, honramos la memoria y la vida de un servidor fiel, el padre Lalo, que ha concluido su peregrinación en esta tierra, sacerdote, que ha administrado los sacramentos, para que muchos niños, jóvenes, adultos, familias, la comunidad, pudieran tambien administrar sus vidas, ordenadas en la fe, esperanza y caridad, ordenadas al seguimiento de Cristo Resucitado en su amada Iglesia. Honramos y agradecemos a Dios por su vida, por administrar y repartir a manos llenas las gracias de su pastoreo, aun en medio de sus pruebas por los achaques de su débil salud física, siempre regalaba su sonrisa y afabilidad que lo caracterizaban. De profesión, además de ser eximio teólogo,  el pai Lalo era químico y farmacéutico,  con su testimonio de vida nos ha recetado la Medicina que restaura y nos cura, a Jesús médico del alma. Gracias pai por tu coherencia de tu testimonio cristiano.

Los Sagrados Corazones de Jesús y María,  es un condensado del gran amor misericordioso de Dios; dos corazones que son un solo corazón. Corazones que no hacen cálculos humanos, como lo podríamos hacer nosotros. A veces muy calculadores y tacaños con los demás, indiferentes y desconfiados. Los dos Sagrados Corazones laten al unísono el Amor nos dicen que nos aman generosamente e incalculablemente mucho.

I Pedro 1:22 Amaos intensamente unos a otros con corazón puro, pues habéis sido re engendrados de un germen no corruptible, sino incorruptible, por medio de la Palabra de Dios viva y permanente. También estamos llamados a latir nuestros corazones al unísono del gran Amor que Dios nos tiene, expresados en ese amor hacia los demás. Nada es imposible para los que aman y sirven de verdad.

Pai Lalo ha culminado su peregrinar dejando sendas de amor y cuidado especialmente con los más necesitados. Ha construido no solamente templos, sino el templo de la comunidad de hermanos y hermanas, la familia. El ha sabido descubrir y cantar con su vida: “Aquí me tienes Señor”, que en el camino hay siempre un hombre herido. En el camino Jesús te está esperando y en su mirada hay pena y soledad, quiero entregarte mi alma y mi alegría, toda mi vida en ofrenda de bondad.

I Pedro 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha re engendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para ustedes, y alcancen la meta de vuestra fe, la salvación de las almas.

Lucas 12:31 Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así en el servicio permanente a los suyos, que El les ha confiado.

Con este germen el nos ha engendrado, con la ración de su Palabra, el Pan de Vida, su Presencia entre nos,  que nos alimenta para que alcanzar a participar de su Vida, y Vida Plena. Esta es la herencia, pedímos al Señor,  reservada para nuestro hermano.

+Adalberto Card. Martínez Flores

Arzobispo Metropolitano de Asunción

Presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya

6 de febrero del 2024