La Semana Santa es un tiempo fuerte, una oportunidad para revivir en la propia vida la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Es por ello, que para ese tiempo, la Iglesia exhorta a los fieles a vivir cada una de las celebraciones de recordación que llevan a la conversión y a una conexión fuerte con Jesucristo.

El arzobispo de Asunción, mons. Pastor Cuquejo, instó a los fieles a procurar vivir cada día de esa seamana leyendo la palabra de Dios, orando a la Virgen María, especialmente los misterios dolorosos y hacer el vía crucis. El pastor recomendó vivir esa experiencia de fe de forma profunda.

Tiempo espiritual fuerte

Mons. Pastor Cuquejo mencionó que la Iglesia presenta la Semana Santa como un tiempo espiritual en el cual cada uno de los fieles pueda adentrarse profundamente en el sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús. “Por eso cuando termina la Cuaresma, el cual es un tiempo largo de preparación, entramos a la Semana Santa con el Domingo de Ramos, momento en que Jesús es recibido triunfalmente en Jerusalén”.

Cuquejo indicó que ese acontecimiento, del domingo de Ramos nos invita a interpretar nuestra vida, en esos momentos en que salen bien las cosas, en que cada uno es aclamado. “Y luego comienzan días de pasión, jueves, viernes y sábado. Durante esos tres días contemplamos a Jesús en un momento de síntesis de toda la misión que Dios le había encomendado”.

Cada día

El arzobispo manifestó que cada día de la Semana Santa tiene un sentido importante. Es así que el jueves santo, es el de consagración de las personas y las cosas materiales que usamos para los sacramentos. Durante la Misa Crismal del jueves santo de la mañana se consagran los óleos y por la noche, se celebra la consagración de los apóstoles, como sacerdotes igual que Jesús, con la misión de celebrar la eucaristía, muerte y resurrección de Jesús.

El viernes santo se recuerda la muerte de Jesús, para recordar ese momento, existe una liturgia muy sencilla, de lectura de la palabra y oración por las grandes necesidades de la iglesia.

El sábado, es día de descanso, “la gente hace encuentros espirituales, para rememorar todo lo que pasó el jueves y el viernes de tal manera a esperar el domingo con el corazón libre, la conciencia tranquila, y comprender que toda nuestra vida se orienta hacia la resurrección final. Es una dimensión de fe, que nos hace penetrar en el misterio de Dios, que nos llama a la vida”.

Fuente: Cristo Hoy Paraguay