Hoy, la Iglesia conmemora los 35° aniversario de la canonización del primer santo paraguayo, San Roque González de Santa Cruz y sus compañeros mártires, S. Alonso Rodríguez Y S. Juan Del Castillo.

Es por eso que también es considerado en el país, el “Día de la Santidad”.

San Juan Pablo II, en ese entonces Papa, llegó al Paraguay para canonizar a nuestro primer santo y sus compañeros mártires. Durante su homilía, consideró como “campeones de la fe” por demostrar la “grandeza del amor a Dios y a los hermanos…su entrega sin reservas los llevó hasta el martirio”.

Refirió además que “El corazón incorrupto del padre Roque González de Santa Cruz constituye una imagen elocuente del amor cristiano, capaz de superar todos los límites humanos, hasta los de la muerte”.

El Padre Roque fue considerado por Juan Pablo II, dicho en su homilía, no solo un paraguayo, sino un hijo de Asunción, párroco de la Catedral, Jesuita ejemplar.

El Papa arribó al país en medio de una situación complicada, sobre todo entre el Estado y la Iglesia.

 

San Roque y su vida

Roque González de Santa Cruz nació en Asunción, Paraguay, en 1576. Desde joven demostró una gran piedad ya que a los 14 años dirigió una procesión por el bosque en honor a la Eucaristía.

Fue ordenado sacerdote a la edad de tan solo 22 años y poco después nombrado párroco de la Catedral de Asunción por el Obispo Martín Ignacio de Loyola.

Entró en la Compañía de Jesús el 9 de mayo de 1609 y dos años más tarde fue nombrado superior de la primera Reducción de Paraguay, San Ignacio Guazú.

El deseo de llevar el evangelio a todo el mundo lo animaba a seguir adelante. El 22 de marzo de 1615 fundó una reducción en Itapúa (actual ciudad de argentina de Posadas) la cual pronto se trasladó a la otra orilla del río, en lo que es hoy Encarnación, Paraguay. Por eso se le reconoce como fundador y patrono de ambas ciudades. Otras dos Reducciones fundadas por San Roque González son: Concepción (1619) y Candelaria (1627).

Fue considerado un gran amante de la Virgen María. Con ella conquistaba corazones para Cristo. Por eso le llamaba “conquistadora”. Se cuenta que muchas veces con solo levantar el cuadro de la imagen de Nuestra Señora, los indios admiraban la belleza de María y sin pronunciar palabras se convertían.

El Martirio

El 15 de noviembre de 1628, celebró la Santa Misa cerca de Caaró (hoy día en Brasil), donde se planeaba una nueva reducción. Allí fue asesinado por un cacique llamado Nezú. Los asaltantes quemaron su cuerpo pero, milagrosamente, quedó intacto el corazón.

Para gran asombro, el corazón del santo les habló haciéndoles ver lo que habían hecho e invitándoles al arrepentimiento. Este corazón tan lleno del amor divino para todos los hombres, se mantuvo incorrupto. Cinco años mas tarde fue llevado a Roma junto con el instrumento del martirio: un hacha de piedra.

El corazón de San Roque y el hacha fueron trasladados a Paraguay en 1960 tras una breve estancia en Argentina. Ahora están expuestos en la Capilla de los Mártires en el colegio de Cristo Rey, Asunción, Paraguay.

En la misma capilla hay una placa con los nombres de 23 misioneros jesuitas martirizados en la región.

Los compañeros mártires

Alonso Rodríguez: Nació en Zamora, España, el 10 de marzo de 1598. Realizó su noviciado en Villagarcía de Campos, Valladolid y después fue enviado a Paraguay.

Salió de Lisboa, Portugal, en una expedición guiada por el padre Juan de Viana.

En 1626 fue enviado a las misiones de los guaycurúes, frente a Asunción, al otro lado del río Paraguay. En 1628 pasó a las misiones guaraníes del Paraná.

Se le designó que acompañara a Roque González en la fundación del pueblo de Todos los Santos de Caaró, en la banda oriental del río Uruguay. Allí murió junto con Roque el 15 de noviembre de 1628.

Juan del Castillo: Nació en Belmonte, España, el 14 de setiembre de 1595. Ingresó como jesuita 1614. En 1616 fue a las Indias. Estuvo destinado en Buenos Aires, Córdoba y Chile. En 1626 es destinado a las misiones del río Uruguay.

Después del martirio de los Padres Roque González y Alfonso Rodríguez en la Reducción de Todos los Santos en el Caaró, Juan murió el 17 de noviembre, en la reducción de la Asunción de Yjuhi.