Evangelio de hoy

SÁBADO DE LA 1ª SEMANA DEL TIEMPO DE CUARESMA

Evangelio según San Mateo 5, 43-48

 “Amarás a tu prójimo”

Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo. Palabra del Señor.

Meditación

Sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo. San Fulgencio de Ruspe (ss. V-VI) vivió en una época de crisis social y persecución religiosa.

Nació después que los vándalos habían desmembrado a África del Imperio Romano. Fue elegido vicegobernador y receptor  de impuestos, pero esa vida mundana le fatigó muy pronto y, buscó en la lectura espiritual, la oración y el ayuno riguroso y las visitas a los monasterios. La lectura de un sermón de San Agustín sobre el Salmo 36, hizo brotar en él la conversión.

     En uno de sus escritos dice: «No debáis nada a nadie salvo el amor mutuo» (Rm 13,8). Que deuda más sorprendente, hermanos, que este amor que el apóstol Pablo nos enseña hemos de pagar siempre, sin dejar nunca de ser deudores. ¡Dichos deuda, deuda sagrada, portadora de créditos en el cielo, llena de riquezas eternas!… Acordémonos de las palabras del Señor: «Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian» (cf Lc 6,27). ¿Y cuál será la recompensa de este trabajo?… «Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo».

     En nuestra época pos moderna el YO ocupa el lugar del HOMBRE, de la época moderna. Teníamos un modelo de hombre, al cual imitar. Muy bien en el camino de la libertad religiosa y responsable, pero sin el modelo de Jesús, nos encontraremos como desfasados e inseguros. Sin la solidaridad y los valores evangélicos estamos expuestos a diversos males. Hoy se nos ofrece el Espíritu de Cristo y el Padre, que nos llama a una vida perfecta.

 

Dichoso el que camina en la ley del Señor!

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.