Evangelio de hoy

LUNES DE LA SEMANA 10° DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

Evangelio según San Mateo 4, 25—5, 12

“Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios”

Seguían a Jesús grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania. Al ver la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: “Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron”. Palabra del Señor.

Meditación

La misión de Jesús y la de sus discípulos. Jesús, después de dar los primeros pasos de su misión pública, de elegir a sus primeros discípulos, realiza su 1er. gran discurso. Su identidad divina; el perfil de comunidad formada por los suyos; el puesto que les tocaría en el Reino dependen de la gran misión. Éstos son los bien-aventurados, bien-orientados, bien-felices que le siguen y recorren un camino que, a pesar de las dificultades, pruebas y trampas, conduce a la plena felicidad. Ésta se manifiesta en los valores evangélicos, la serenidad y la alegría.

     El Papa Francisco invita a los jóvenes y a las personas de todos los tiempos a escuchar-se en el profundo anhelo de felicidad y plenitud. “¿Acaso no se dan cuenta que sus corazones están inquietos y en continúa búsqueda de un bien que puede saciar su sed de infinito? Queridos jóvenes, en Cristo encontrarán el pleno cumplimiento de sus sueños de bondad y felicidad. Sólo él puede satisfacer sus expectativas, muchas veces frustradas por las falsas promesas mundanas” (JMJ 2015).

     Jóvenes, familias enteras, poblados, esperan a los discípulos misioneros o que algunos hagan algo por ellos. Sumémonos a proseguir la misión de Cristo.

¡Prueben y vean qué bueno es el Señor!

Bendigo al Señor en todo momento,

su alabanza está siempre en mi boca;

mi alma se gloria en el Señor:

que los humildes lo escuchen y se alegren.