Cuando daban  por sentado tu alejamiento

Tu desaparición serena y pálida, tu descarte

Te llamaban parte de un viejo esquema

Que como papel arrugado va al papelero del olvido

Despreciando tu estirpe y tu grandeza.

Con una máquina, un esquema programado

Y el superfluo relacionamiento postpersonal

Intentaron desmeritarte, reemplazarte

Cual pieza inútil de un vagón en ruinas

En el cementerio de la cultura.

Contigo se irían ese orden que limita

Pero que también sustenta,

Ese amor por el detalle que evidencia

El mal, pero también hace emerger la belleza.

Sin ti la naturaleza, la estela de un camino

En la noche de la humana conciencia,

Se harían maleables al capricho y la torpeza

Sin ti, ya no habría gris reproche, más tampoco

El broche de oro del mérito y la entrega sincera.

Hace poco la nostalgia y la decepción de quien

Regresa de la nada, de la vaciedad y de la violencia

Te hizo reaparecer, Maestro,  en la conciencia

Tu voz, tu andar, tu consejo, muchas veces apasionado

Tu vieja canción, tu sonrisa y tus lecciones

Volviste al corazón agradecido de tantos que

Desprendidos del oropel de la cultural adolescencia

Maduraron en su interior y reconocieron tu mérito.

Maestro, vuelve a reinar en los recreos de la infancia

Educada y fértil, vuelve a fijar en los detalles mil, tu mirada

Vuelve a ser luz y sacrificio en pos de la sabiduría

Pizarra, tiza y calor de un tiempo que se llama

Verdad, tesón y método, gallardía leal y también inocencia…

Vuelve a ordenar cuello de camisa, postura y palabras tercas

Endereza con amor a tus hijos que requieren de tu presencia.

Sé para nosotros hoy, Maestro, orden, respeto, benevolencia

Sé virtud, sé alma y verdadera libertad de razón instruida

De voluntad probada, de seres humanos, de amigos

De compañeros, de alumnos, de nuestra humanidad

Despojada y lábil, harapienta de luz y de saber sedienta.

Por: CCL

30 de abril de 2019