Queridos jóvenes,
Me siento muy contento de dirigirme a Uds., en esta oportunidad en vísperas de las elecciones internas donde se elegirán los candidatos que disputarán cargos electivos el año próximo.
Resuena en mi mente la voz de miles de jóvenes que en tantos encuentros reclaman ser protagonistas, ser parte de la construcción de nuestra sociedad y no decepcionarse en el intento. Resuena también la voz de Dios, quien habiendo llamado al joven Jeremías para ser su profeta, le dice: “no les tengas miedo, pues yo estoy contigo para librarte” (Jer 1,8).
Estas palabras son especialmente esperanzadoras y confiables, en momentos en que muchos jóvenes están indiferentes y otros sienten el temor de involucrarse en el ámbito político donde a menudo impera la politiquería marcada por la corrupción, impunidad, engaño, dinero fácil, y porque ven también que muchos adultos han sucumbido a las tentaciones y prácticas alejadas del verdadero objetivo de la política como la más alta forma de caridad, de servicio y entrega para alcanzar el bien común.
A Uds. que son portadores de esperanza, les invito a transformar las viejas prácticas en nuevas prácticas de la política al servicio de los demás. Confío en que encontrarán la fuerza desde su propia juventud, libertad y conciencia para no dejarse seducir por la corrupción, que sigue robando tantos sueños y oportunidades de los jóvenes.
El Paraguay donde vivimos y donde ustedes se esfuerzan por construir su proyecto de vida, les llama a escuchar siempre la voz de los que sufren, de los que carecen de oportunidades, padecen la pobreza y exclusión social, y a poner al servicio de los mismos sus energías, creatividad, inconformismo, valentía, participando en estas elecciones, ya sea como miembros de mesas, veedores o directamente eligiendo y votando.
Y mediante estos actos e intervenciones, por la fuerza arrolladora de una mayoría joven, ser los protagonistas utilizando el sufragio en aquello que ustedes quieren que sea: un modo de trabajar por el bien común, en solidaridad y justicia.
Queridos jóvenes, Uds. son la fuerza transformadora. Estas elecciones son una gran oportunidad de participación que ahora se les presenta: aprovéchenla y dejen sus huellas en la historia del Paraguay que les necesita para generar un nuevo modo de hacer política, para ser artífices de una sociedad mejor.
Hago mío el sentir del Papa Francisco en Christus Vivit, que les dice “Jóvenes amados, necesitamos de su entusiasmo, de sus
intuiciones, de su fe. ¡Nos hacen falta! Gracias por su alegría y por ser resilientes en medio de las adversidades que les toca enfrentar.
Les encomiendo a San Roque González, compañeros Mártires y a María de Jesús Sacramentado -Chiquitunga-, jóvenes valientes como Uds. que supieron comprender las necesidades de su gente y su tiempo, optando por los más débiles y necesitados, sirviéndoles con gran amor y desinterés.
Que Jesús les bendiga, bendiga a sus familias y amigos.
Con afecto paternal,
+ Adalberto Card. Martínez Flores
Arzobispo de la Santísima Asunción
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