En el año 2015, el Gobierno Nacional ha fijado el día 31 de mayo como “Día Nacional contra el Abuso y la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes del Paraguay”.

        Esta fecha fue establecida en memoria de Felicita Estigarribia, de 11 años, del Barrio Santa Librada de Yaguarón, quien el 31 de mayo de 2004 fue hallada muerta con signos de abuso sexual, al pie del cerro de aquella localidad. Para ganarse la vida, la menor se dedicaba a la venta de mandarinas.

        La medida fue adoptada en virtud del Decreto N° 3.279, con el propósito de concienciar a la ciudadanía acerca de la importancia de denunciar los hechos de violencia sexual y estar atenta ante cualquier eventual actitud sospechosa para evitar este atropello a los derechos de los infantes y adolescentes.

        La Iglesia se compromete con esta lucha, asumiendo con humildad y dolor los errores del pasado e impulsando las acciones de prevención, sanación, justicia y reparación con las víctimas de abusos.

         Asumimos el compromiso de tolerancia cero contra los abusos de menores, dentro de nuestros ambientes eclesiales, con la misión de ser agentes de prevención y protección en la sociedad a través de los miles de agentes pastorales que trabajan arduamente por la evangelización y por la construcción de una sociedad que respete la dignidad de todas las personas, especialmente de los más vulnerables.

        Hacemos nuestras las palabras del Papa Francisco:  “Como una Madre amorosa la Iglesia ama a todos sus hijos, pero cuida y protege con afecto particular a los más pequeños e indefensos, se trata de una tarea que Cristo confía a toda la comunidad cristiana en conjunto. Con la conciencia de esto, la Iglesia dedica una atención vigilante a la protección de los niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables”. (Carta Apostólica “Como una Madre amorosa”, 2016)

        Por ello, estamos comprometidos a decir nunca más a la cultura del abuso, así como al sistema de encubrimiento que le permite perpetuarse, y a trabajar entre todos para generar una cultura del cuidado.

Arquidiócesis de la Santísima Asunción