Evangelio de hoy

Bienaventurada Virgen María, Madre Y Medianera De La Gracia

Lunes de la 32ª Semana del Tiempo Durante el Año

Evangelio según San Lucas 17, 1-6

 “Auméntanos la fe”

Jesús dijo a sus discípulos: “Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquél que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: ‘Me arrepiento’, perdónalo”. Los apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. Él respondió: “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, ella les obedecería”  Palabra del Señor.

Meditación

Auméntanos la fe. No se trata de “perdonar” y “perder” por el crimen de las personas. Dejar en libertad a un delincuente con el riesgo que siga como causa de males contra los demás y contra sí mismo. O que lo diga la sociedad cuando una persona que ya ha cumplido con una pena, y sale en libertad. No se lo puede enjuiciar 2 veces por la misma causa, pero la sociedad no perdona.

     El caso evangélico presentado por Jesús, el escándalo contra un pequeño, golpe grave contra una piedra de gran tamaño, causa un grave perjuicio. El autor también se hace merecedor de un grave daño, que sería una perdición. El perdón es una gratuita concesión, regalo divino que pone fin a una hostilidad, y una oportunidad para reparar el daño causado. Sólo Dios puede padecer un mal y restablecer, con su resurrección, el mal y la muerte ocasionados.

     Sólo María podría perdonar a quienes sacrificaban a su Hijo en la cruz. Sólo con su ejemplo e intercesión podríamos “establecer una nueva relación personal con Cristo y estar a la altura de la vocación de discípulos”. En estos casos, nosotros experimentamos los propios límites, no nos sentimos con fuerzas para perdonar a los hermanos. Necesitamos la fortaleza de la fe para realizar este signo de la presencia del reino de Dios en el mundo. Se trata de salvar a los pequeños y al prójimo que delinque.

 

Esta es la generación que busca tu rostro, Señor!

Del Señor es la tierra y cuánto le llena,

el orbe y todos sus habitantes:

Él la fundó sobre los mares,

Él la afianzó sobre los ríos.