Evangelio de hoy

MIÉRCOLES DE LA 3ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

Evangelio según San Marcos 16, 15-18

 “Anuncien el Evangelio a toda la creación

Jesús se apareció a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará. El que no crea se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán demonios en mi nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán”. Palabra del Señor.

Meditación

Hoy es un día súper especial para todos nosotros, pues recibimos uno de los legados más maravillosos de nuestra historia: la Conversión del Apóstol san Pablo. Obedeció a la voz de Dios para convertirse en el misionero más extraordinario que el Señor nos regaló. Con tanto celo y ardor persiguió a los cristianos, pero se convertirá luego en el gran predicador a los paganos y perseguido en medio de tantas dificultades de su tiempo. No se contentó con predicar, sino que empuñó la pluma y escribió cartas que desafía a todas las culturas y los tiempos, una gran herencia de la sabiduría divina y humana. Nos quedamos con “Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí” (Gál 2,20), mostrando su total identificación con Cristo.

El mandato misionero viene del Señor Resucitado, quien se apareció a Saulo camino a Damasco. Lo fundamental será para anunciar la Buena Noticia, no para decir palabras acomodadas a las situaciones de las personas. Lo que se pretende siempre es que las personas puedan convertirse, que cambien de vida, puedan superar los males de este mundo en cualquier dimensión de su existencia, ser partícipes de la nueva creación, ya que el Señor hace nuevas todas las cosas.

El texto de hoy refiere a los Once: faltando uno, el que lo traicionó, indicándonos que ese lugar está reservado para cualquiera de nosotros que estamos leyendo o proclamando este Evangelio. Con nosotros se completa la comunidad de los Doce, pues quiere que seamos partes en ir concretando la misión encomendada. Pablo nos invita a ir por todo el mundo a anunciar el Evangelio, llevando esa Noticia de la compasión, del perdón, de la generosidad, de la solidaridad, del compromiso a hacer el bien sin mirar a quién, a ser misioneros de su amor.

Perdón Señor porque muchas veces nos hemos resistido a decirte sí para iniciar nuestro proceso de conversión y por las veces en que nos venció la pereza y nos dejamos seducir de distintos modos por lo que nos ofrece este mundo. Ayúdanos a ya no resistirnos, a dejarnos caer de nuestro caballo (soberbia y orgullo) y presentarnos pequeños y humildes para que tengas primacía en nosotros. Gracias por hacer que seamos misioneros de tu amor creyendo y dando testimonio de fe con gestos y palabras que curan, sanan, liberan e invitan a la conversión de vida. Amén.