Evangelio de hoy
Sábado de la 2ª Semana de Adviento
Evangelio según San Mateo 17, 10-13
“Harán padecer al Hijo del hombre”
Los discípulos preguntaron a Jesús: “¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?”. Él respondió: “Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Así también harán padecer al Hijo del hombre”. Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista. Palabra del Señor.
Meditación
El planteamiento de los discípulos acerca de Elías está en el acontecimiento de la Transfiguración en el monte Tabor y su relación con la Resurrección, donde estaban junto a Jesús, Moisés y Elías. Jesús les dijo que no dijesen a nadie sobre la experiencia, que llegará la oportunidad en la resurrección, sin embargo, ya se cumplen las esperanzas mesiánicas y se cuestionan si cómo es posible eso, ya que no entró en escena Elías quien tenía que aparecer como precursor del Mesías; los doctores de la Ley interpretaron así las palabras de Malaquías (cf. Mal 3,1; 4,5). Los Maestros de la Ley agrandaron la figura de Elías expresando que cuando él viniese establecería el derecho y el orden en todos los asuntos, pero esto no llegó a ocurrir, pues las cosas continuaban igual.
Dios a lo largo de la historia siempre envía a sus profetas y emisarios, encargándoles una misión que cumplir; esa misión no siempre será ni agradable ni fácilmente aceptable; pues contra la misión aparecen tantas personas por el egoísmo que aflora y los intereses viles y, terminan rechazando la misión, ni la reconocen ni la aceptan y hasta se burlan de los enviados de Dios, de los profetas de Cristo. Éstos, fieles a la misión encomendada, deben padecer toda clase de persecuciones y humillaciones.
Ni a Elías ni a Juan Bautista reconocieron como enviados de Dios y aparentemente la misión de Elías y Juan el Bautista ser perdió en la nada. Pueden que nuestros muchos esfuerzos de apostolado se pierdan frecuentemente en la impotencia, en el vacío, en la inacción. Pero no debería desanimarnos, ni sea motivo para que ya no afrontemos emprendimientos evangelizadores. Los frutos normalmente no se ven de manera inmediata, sino a mediano y largo plazo. Lo importante es mantenernos fieles a la misión encomendada, ya que sobre ello seremos evaluados al final de nuestros días. Virgen de Loreto, ruega por nosotros.
Perdón Señor porque muchas veces creemos que Jesús tiene que obrar con dureza y eliminar a todos los malos de la tierra, y si estamos en circunstancias de sufrimientos somos tentados a creer que el maligno ha triunfado. Ayúdanos a vivir con mayor profundidad nuestra fe solidarizándonos con el sufrimiento de los justos. Gracias por mostrarnos el camino seguro de nuestra salvación: la Cruz, pasando por la Pasión y la Muerte, con la certeza de que alcanzaremos la vida eterna. Amén.
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