Evangelio de hoy

SÁBADO DE LA SEMANA 18° DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

Evangelio según San Mateo 17, 14-20

“Si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza”

Un hombre se acercó a Jesús y, cayendo de rodillas, le dijo: “Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico y está muy mal: frecuentemente cae en el fuego y también en el agua. Yo lo llevé a tus discípulos, pero no lo pudieron sanar”. Jesús respondió: “¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo aquí”. Jesús increpó al demonio, y este salió del niño, que desde aquel momento, quedó sano. Los discípulos se acercaron entonces a Jesús y le preguntaron en privado: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?”. “Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ‘Trasládate de aquí a allá’, y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes”. Palabra del Señor.

Meditación

El texto nos muestra el eje central de la fe suplicante que consigue la gracia de la curación de este Padre para su hijo. El mundo sufre la desesperación por una vida sin fe centrada en Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. Ser discípulo del Señor es un proceso de fortalecimiento para una vivencia de fe más profunda, madura y comprometida. Cuántas gracias perdemos por la falta de fe confiada y falta de oración, porque para Dios nada hay imposible(Cfr. Lc 1,37).

 

Creer en Jesús a fondo perdido es superior a toda seguridad humana, y una fe que va en busca de milagros. Cada día debemos pedir al Señor como este padre de familia: “Señor, yo creo, pero aumenta mi fe”, solo así podemos vencer la oscuridad de tantas dudas que pone en riesgo nuestra vocación de testigo de la fe cristiana.

 

-Gracias Señor, porque hoy nos muestras el poder de la fe suplicante y la oración confiada.

-En medio de tanta increencia, dame una fe capaz de ver siempre tu presencia en mi vida de cada día.